Bien, por fin se ha estrenado ya la película “El hobbit”. Después del éxito de la trilogía “El Señor de los Anillos” he esperado con impaciencia la creación cinematográfica de “El hobbit”. Tal vez hubiera sido mejor que Peter Jackson empezara con la adaptación de “El hobbit”, tanto por las publicaciones de los libros, el desarrollo de la historia, como para satisfacer a todos los puristas. Pero como surgieron problemas sobre derechos de autor y demás cosas burocráticas, se rodó primero “El Señor de los Anillos”, con gran éxito de público y crítica, Oscars incluidos, y algunos debates sobre la adaptación de la obra. Desde entonces han pasado once años en los que hemos crecido y han aparecido nuevos seguidores de Tolkien.
La adaptación de “El hobbit” ha sido larga y problemática. Entre los años 2006 y 2007 distintos litigios y demandas con New Line, en 2009 MGM financia la empresa y Guillermo del Toro es elegido director por Peter Jackson, en 2010 la MGM se declara en bancarrota y se atasca el proyecto, en verano Guillermo del Toro se desvincula del proyecto y, meses después, ya Peter Jackson como director, suceden duros enfrentamientos con los sindicatos de actores y un incendio acaba con sets y miniaturas, y por último, Jackson es operado de una úlcera perforada. El rodaje arranca por fin en marzo de 2011. Por lo menos Del Toro y Jackson coincidieron en designar al actor Martin Freeman como Bilbo y colaboraron para que Ian McKellen fuera de nuevo Gandalf. Y por fin ya la tenemos aquí. Se ha estrenado en muy buena época, pues en Navidad parece que todos tengamos más tiempo, más ganas de pasarlo bien y de ir a los estrenos. Siempre es un acto gozoso y divertido ir al cine con buena compañía y con la perspectiva de una buena película.
No quisiera hacer una crítica filmatográfica ni una sesuda crítica de la adaptación. Parto de la premisa que la adaptación al cine de una obra literaria no puede ser nunca igual al original. Cada Arte tiene su propio lenguaje y desarrollo y, además, tanto el autor literario como el director de la película no pueden coincidir cien por cien porque cada uno de ellos interpreta de una manera distinta una historia. Así que, dejando de lado las distintas miradas de Tolkien y de Jackson sobre esta historia, quisiera hacer un “divertimento”, una curiosidad mía: comparar las dos obras, cómo la película se adapta o no al libro, en qué difieren y en qué coinciden. La verdad es que he disfrutado comparándolas.
Al realizarse primero “El Señor de los Anillos” ya conocemos a los hobbits, a los elfos y enanos y me preguntaba cómo sería el inicio porque es en “El hobbit” donde se nos presentan a los hobbits, la Comarca y su modo de vida. No sabía si entraría directamente en la historia o se haría, digamos, un enlace con “El Señor de los Anillos”. Jackson ha optado por este enlace que es totalmente nuevo respecto a “El hobbit” de Tolkien, y me parece muy acertado. Bilbo cuenta sobre Erebor, el reino de los enanos, la relación con los humanos, el linaje de Thorin, hasta su destrucción, la aparición de un dragón que acaba con el reino enano “bajo la montaña” y la falta de ayuda de los elfos que es el inicio de las futuras malas relaciones entre las dos razas. Seguidamente tenemos un Bilbo maduro con Frodo, su joven sobrino, en el mismo día de la “Fiesta”. Frodo se va ha recibir a Gandalf y Bilbo se queda escribiendo “la verdadera historia” del anillo, para que conozca toda la verdad, tal y como sucedió. Al ser los mismos actores de “El Señor de los Anillos” y la misma ambientación, no nos cuesta nada meternos en la historia. Indico ya aquí que la música acompaña y ayuda mucho, pues a lo largo de la película, la banda sonora se adapta a la de “El Señor de los Anillos”: cuando salen los hobbits, la Comarca, los elfos y, en otros casos, tenemos la misma música, lo que nos envía a la trilogía, lo recordamos y podemos relacionar los hechos que hemos visto.
Entramos ya en “El hobbit”: “en un agujero hobbit...” y sigue con las mismas palabras de Tolkien. Es un joven Bilbo sentado a la puerta de su casa que recibe a Gandalf. La conversación, un tanto surrealista, se desarrolla como en el libro. Y todo el desarrollo posterior hasta llegar a la entrada de los enanos. Hay un detalle a considerar: la llegada de Thorin es diferente. En el libro llega con otros enanos y es una entrada risible pero, en la película, se retrasa y llega en solitario lo que da lugar a que sea una entrada sobria, dándole la necesaria importancia que tiene como heredero del reino de los enanos. Es un Thorin más serio, majestuoso, conocedor de su valía. La estancia de los enanos en casa de Bilbo se presenta, al tiempo que gocosa ( insuperable la escena de la recogida de la mesa entre todos los enanos), como en el libro, también más formal y heroica pues hablan de sus planes, de sus dudas, de su misión. En el libro se plantea como una aventura para obtener botín, no como una misión que puede llegar a restaurar el reino enano. Tampoco este es el momento en que aparece el mapa que los va a guiar. Pero sí es en esta reunión cuando se habla de Erebor, se nombra de pasada al orco Azog y al Nigromante. El personaje de Azog está desarrollado a lo largo de toda la película como gran enemigo de Thorin pero en el libro ni se le vuelve a nombrar.
La incorporación de Bilbo a la compañía de enanos es también un poco diferente. En la película es Bilbo quién decide al día siguiente acompañar a los enanos y en el libro será Gandalf quien lo incite a seguirlos. Significativo en ambos casos que salga de casa con poco y además sin pañuelo de bolsillo. En la película, a lo largo del camino se nombran a los diferentes magos y surge el nombre de Radagast, el Pardo. Este mago pertenece a “El Señor de los Anillos” donde su acción es mínima. En “El Hobbit” ni se le nombra pero adquiere relevancia en la película. Conocemos su labor por lo que cuenta Gandalf y posteriormente su ayuda será vital para la Compañía.
La discusión entre Gandalf que quiere ir a Rivendel y la negativa de Thorin, hace que Gandalf se vaya. Tenemos aquí el famoso episodio de los trolls. En esencia ocurre lo mismo que en el libro pero en la película hay mayor participación de los enanos y de Bilbo. La indecisión de los trolls por cómo guisarlos la provoca Bilbo al dar su opinión en contraste con el libro que será Gandalf quien, imitando las voces, los entretiene hasta la salida del sol. En las dos versiones tenemos una divertida escena que juega con la simpleza de los trolls. La conversación entre Thorin y Gandalf es la misma en ambas versiones y lo mismo sucede cuando encuentran la cueva de los trolls con su tesoro y hallan las espadas élficas.
Estando aún en el bosque surge de repente Radagast. Todo esto es nuevo: la explicación sobre el Nigromante y los problemas del bosque, el ataque de los orcos, la frenética persecución, el estrecho pasaje, los elfos. Se oyen las trompas élficas y la música nos guía de nuevo indicándonos su presencia. Salen por fin al valle de Rivendel. La llegada a Rivendel en “El hobbit” está programada y es un poco complicada pero tranquila. En la película conocemos la negativa de Thorin porque no admite la ayuda de quien considera enemigo.
Una vez en Rivendel hay de nuevo diferencias entre libro y película. En el libro pasan un temporada, se reponen, conocen el mapa que les interpreta Elrond y marchan en paz todos juntos. Jackson ha introducido el elemento hostil de los enanos a ir a Rivendel, la estancia se acorta y tenemos el Concilio Blanco. Pero el asombro y el deseo de conocer a los elfos por parte de Bilbo, está presente en los dos casos. Mientras tanto siguen apareciendo los orcos y Azog en persecución de la Compañía. En el Concilio Blanco tenemos a Saruman y a Galadriel que no aparecen en “El hobbit”, junto con Elrond y Gandalf y se ha querido ver en esta reunión un contacto con el futuro al hablar de lo que sucede en el exterior y del Nigromante. Esa misma noche los enanos y Bilbo salen de Rivendel pero sin Gandalf.
Siguiendo su camino los paisajes son espectaculares, como ya nos tiene acostumbrados Peter Jackson y Nueva Zelanda. Y llegamos al episodio de los gigantes de piedra. En el libro se nos habla de una gran tormenta, de una batalla de truenos, bien descrita pero corta. En la película me encantó, es espectacular y en la gran pantalla impone: lluvia, granizo, truenos rocas partíéndose, se van formando los gigantes, se golpean, se rompen, los enanos intentando resguardarse, huyendo esquivando las rocas, ayudándose unos a otros. Lo dicho, espectacular.
Al refugiarse en una cueva de las montañas, caen por una grieta y son atrapados por los trasgos. La acción coincide en las dos versiones y todo el desarrollo de conversación entre enanos y el Gran Trasgo está tomada al pie de la letra pues éste se muestra irónico y mordaz. Su aspecto físico (muy desagradable) también coincide con Tolkien. Pero nombra a Azog, a quien Thorin cree muerto.
Ha llegado el momento cumbre: el encuentro de Bilbo con Gollum. En el libro se pierde de vista de los enanos, en la película logra pasar desapercibido. Pero en los dos casos, cuando se recupera de su caída en las profundidades, se encuentra en un lugar oscuro y húmedo donde encuentra un anillo y, sin pensarlo, lo coge. En líneas generales el desarrollo de este encuentro coincide en todo, por supuesto en la película es más dinámico y la música acompaña perfectamente a la acción. La criatura Gollum ya no es una novedad pero está mejor conseguida. La interpretación de Andy Serkis, el actor que encarna a Gollum, es magnífica. Las expresiones de sorpresa, rabia, alegría, miedo o desesperación, esa doble personalidad, las conversaciones consigo mismo, insuperables. Los acertijos se reducen en número pero se mantienen los más representativos. Y aquí no explico más: hay que ver la película y leer el libro para saborearlo mucho mejor.
Cuando Bilbo huye de Gollum y quiere encontrar la salida, Gandalf ya ha aparecido (en el libro y en la película) y está ayudando a los enanos a escapar. Otro detalle significativo que no está en su lugar es cuando Bilbo, huyendo de Gollum, se mete por una grieta tan estrecha que los botones de su chaleco saltan. En el libro sucede cuando sale al exterior huyendo de los trasgos. Es significativo porque para un apacible y digno hobbit importa mucho la apariencia y perder los botones le hacen parecer desaliñado y eso es muy censurable.
La salida de los enanos con Gandalf de la cueva de los trasgos es espectacular y muy dinámica pero han perdido a Bilbo. Mientras se reponen un poco hablan de él, Thorin opina que ha huido. Bilbo corre detrás pero invisible aún y lo oye todo: le duele esta opinión y aparece. Otro detalle: en el libro Bilbo sale primero y está decidido a buscarlos, en eso salen pero no le ven. El encuentro en los dos casos es emocionante y Gandalf duda de las explicaciones de Bilbo. Perseguidos en toda la película por el nuevo elemento de los orcos de Azog, se llega a un punto de tremenda acción, épico y que encoge el corazón. En el libro solo huargos atacan a la compañía obligándoles a subir a los árboles. Ya es una escena emocionante y tremenda pero en la película es Azog y sus orcos con sus huargos quien ataca. El ataque de los animales, el fuego de Gandalf, los enanos subidos a los árboles, coincide. Pero Azog, en la película, provoca con sus palabras a Thorin, y éste, junto con la desesperación del momento, sucumbe y ataca. Es una lucha emocionante, con la inesperada ayuda de Bilbo. En su rescate llegan las águilas. La llegada de las águilas es también es un poco diferente. En el libro el Señor de las Águilas acude a rescatarlos cuando ve todo el desastre y en la película es Gandalf quien pide ayuda a través de una mariposa nocturna.
El final de la película coincide con el final del capítulo VI del libro y es cuando las águilas los llevan a su aguilero. Es un gran contraste con lo anterior por la luz dorada, el vuelo majestuoso, el ambiente tranquilo. Bilbo respira con satisfacción y enfrente ya se ve cercano su destino: la Montaña Solitaria. En la película se añade un detallito muy significativo: un zorzal, al que consideran un buen augurio, llega a las puertas de Erebor y con sus golpecitos despierta a alguien: se abre un gran ojo. Y aquí acaba la película.
Hay pues en líneas generales un máximo seguimiento de el libro “El hobbit” de Tolkien, algunos detalles añadidos y unos pocos cambiados. Ya veis que no abarca todo el libro. “El hobbit” tiene 19 capítulos y Jackson ha adaptado solamente los seis primeros, si añadimos el inicio como una introducción general y los añadidos como el Concilio Blanco o la presencia de Azog con los orcos, veréis que enlaza muy bien con “El Señor de los Anillos” y es una gran introductora para seguir las aventuras de Bilbo. La adaptación de “El hobbit” será una trilogía, lo que en un principio me pareció excesivo, pues es un libro poco extenso. Pero al ver esta primera parte y el tratamiento que le ha dado Peter Jackson, creo que no será tan mala idea: será el enlace con “El Señor de los Anillos” y una visión más amplia de lo sucedido en la Tierra Media.
Si queremos comparar el tono de la película con la obra literaria y con la trilogía de “El Señor de los anillos”, notaremos algunos cambios. “El hobbit” de Tolkien es un libro más juvenil, de aventuras, en el que la acción prima sobre todo. Son las aventuras de doce enanos y un hobbit que nunca ha salido de casa y que además se encuentra con un dragón. Tenemos acción, humor y aventuras. En “El Señor de los Anillos” (tanto literario como en la trilogía de Jackson) se debía salvar el mundo, se soportaba el peso del anillo. Y eso que el “El hobbit” de Jackson tiene mayor épica que el de Tolkien: la autoridad de Thorin, saber que tiene la misión de levantar el reino de los enanos, da mayor profundidad a la personalidad de Thorin.
No quisiera terminar sin incidir un poco en ciertos aspectos de la película, como son los actores, la fotografía o la ambientación. En cuanto a los actores tenemos viejos conocidos y nuevos amigos, Martin Freeman, que encarna al personaje de Bilbo. Cuando se barajaba su nombre, no lo conocía de nada, así que no iba con ningún tipo de prejuicio, ni a favor ni en contra, solo esperaba que lo hiciera bien. De hecho me ha gustado su actuación: encarna muy bien a Bilbo, un joven hobbit, de carácter tranquilo que se ve sobrepasado por la presencia de los enanos, nervioso pero ilusionado ante el viaje a realizar. Para Gandalf todos dábamos por supuesto al señor Ian McKellen, ¿quién si no? Como él mismo reconoce, mejor que él, nadie. Su actuación impecable, fabulosa, me gusta más que en “El Señor de los Anillos”. Demuestra su sentir o su opinión con una expresividad tremenda, con unos primeros planos magníficos. En cuanto a los enanos, el director ha sabido darles a cada uno su carácter, su personalidad y así, aunque no recordemos sus nombres (pues son muchos), sí sabemos distinguirlos. ¿Y qué deciros de Gollum? Esta vez el actor Andy Serkis ha demostrado el gran intérprete que es en motion capture. La veteranía del actor ha dado como resultado un Gollum, con doble personalidad, mejor de lo que ya me parecía en “El Señor de los Anillos”. La fotografía, la ambientación, vestuario y todo lo demás que completa la credibilidad de la Tierra Media, ya lo dábamos por satisfactorio, pues ya sabíamos de antemano que sería estupenda y, claro, así ha sido. Y la música, que vuelvo a insistir, ha sido un gran hilo de unión, está muy adecuada.
Peter Jackson ha interpretado a su manera “El hobbit” de Tolkien y ha conseguido una buena película. Por supuesto, cada uno la interpretará según sus gustos y los seguidores de Tolkien también dividiremos nuestras opiniones, así que lo mejor es ver la película, leer el libro y luego ya opinamos pero, sobre todo, disfrutaremos de ambos. Sin más ya que decir, saludos y hasta pronto.
3 comentarios:
Muy buena la crónica de esta película tan esperada por nuestro grupo de adictos a Tolkien. Seguro que las siguientes se nos harán tan cortas como se nos hizo ésta. Y es que el tiempo pasó volando mientras disfrutábamos de la mejor compañía ;-)
La verdad es que, fuera de la agradable y sorprendente sorpresa que resultó ser la primera película de la trilogía de "El Señor de los Anillos", a esta primera película sobre la adaptación de El Hobbit ya no íbamos tan impresionados por la novedad que nos transmitió la película antes mencionada, pero habiendo disfrutado tanto con la anterior trilogía, y teniendo mono del mundo tolkiniano, la larga espera que ha resultado ser ver el estreno de El Hobbit ha sido subsanada con creces una vez vista esta nueva adaptación y, a pesar de los cambios que hemos podido observar respecto al original, fueron más de dos horas y media de metraje que me parecieron realmente cortas y fantásticas. Junto a tan agradable "compañía", ya estoy ansioso de ver el segundo film de la nueva trilogía.
Como ya íbamos sobre terreno abonado, la adaptación de "El hobbit" no ha sido una sorpresa total. Confiábamos en el buen hacer de Jackson y ha sido todo un gustazo volver al mundo de Tolkien, verlo en "vivo", ponernos en la piel del joven Bilbo e ir a correr aventuras en buena "compáñía"
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