martes, febrero 06, 2007

Jenkins-Ramos: REVELATIONS


Revelations
Guión: Paul Jenkins
Dibujo: Humberto Ramos
11,95 euros. Editorial Planeta

Durante diez días de un marzo fresco y lluvioso transcurren los afanes de Charlie Northern, un detective de Scotland Yard con obsesión por el tabaco y los libros sobre conspiraciones o fenómenos paranormales, por resolver un caso que le llega nada menos que desde el Vaticano a través de un antiguo compañero de colegio ahora cardenal. Asunto delicado por sus connotaciones religiosas y políticas que se irá complicando y que le hará replantearse su idea sobre Dios y la fe.

Como en una buena historia de novela negra, las cosas no son lo que parecen. Lo evidente puede resultar no serlo y las pocas pruebas que se nos presentan resultan confusas y no terminan de encajar del todo.
Puede parecer que se repiten situaciones, interrogatorios o entrevistas con sospechosos, pero cualquiera que lea un libro o vea un film de detectives sabe que esto forma parte del ritual de la investigación y que en las tramas suele ser fundamental volver a insistir en los puntos oscuros para tratar de llegar a la solución.
El último capítulo se destina a resolver el misterio, alejándose de lo que sería un final convencional de novela negra. Desde luego es sorprendente, pero manteniendo la lógica dentro de la trama.

Es poco frecuente encontrar en el cómic una narración donde la Iglesia Católica tenga un papel tan fundamental, pero no se trata de hacer una dura crítica a la religión en sí, sino mostrar que hasta en el Vaticano, como gran centro de poder, existen facciones que pugnan por la primacía. Pensad, si no, en vuestro trabajo o centro de estudios. Muy probablemente hay jefes de departamento que no se aguantan y se fastidian mutuamente (y por supuesto acabamos recibiendo los pobres curritos).

Conocía a Ramos por su trabajo en Crimson, una historia de vampiros dirigida a un público más adolescente (dicho así muy rápidamente) y me gustaba su forma de dibujar: personajes ligeramente cabezones, tobillos y muñecas delgadísimas que terminaban en manos y pies en proporción mucho más grandes, con dedos enormes y por supuesto grandes bocas y dientes (tratando de vampiros se venía venir).
Sigue fiel a su estilo, pero se agradece la evolución. Ahora aumenta el volumen de las figuras con el uso del sombreado con carboncillo o lápiz. Con ello, unido a un coloreado de tonos grises y oscuros, consigue una atmósfera sombría perfecta para la historia. En Revelations da más importancia a los fondos. Se trata de recrear Roma y la ciudad del Vaticano y no basta con dibujar la cúpula de San Pedro, a algunas monjitas y un par de guardias suizos. Ramos nos ofrece con gran detalle palacios renacentistas, plazas con fuentes y estatuas, calles adoquinadas, claustros, restaurantes con sus mesas de manteles de cuadritos, casas con contraventanas de madera o locos conduciendo vespas. Todo aquello que los que viajan a Roma van a encontrar, porque la idea es mostrar la ciudad desde el punto de vista de un turista o el visitante temporal que es Charlie Northern.

Lejos de la acción galopante de Crimson, en Revelations el tempo es mucho más sosegado, con bastantes menos escenas de violencia. Hay mucho diálogo y razonamientos del protagonista sobre el asunto, por lo que encontramos sobre todo encuadres de medio y primer plano y, posiblemente para compensar, Ramos nos regala la vista con perspectivas desde todo tipo de ángulos.

Aunque es un relato más bien dramático, encontraremos algunas situaciones graciosas, así como algunos guiños entre los muchos detalles de los fondos: el robot de Futurama, el Da Vinci Code, el Jenkins Prayer Book o a un policía italiano leyendo el 4º volumen (según la edición española) de Crimson: Redención.

Además de la ambientación, y las cuestiones religiosas, lo que más me ha gustado ha sido el protagonista: un inglés que se encuentra fuera de su ambiente, sin su marca habitual de cigarrillos y sus empanadas, y con coches que se conducen al revés; es un tipo cínico, que se sabe superior a sus colegas de la policía italiana, al que veremos vomitar ante determinadas escenas (porque no es tan duro como pretende) e incluso sentado en un wc, casi siempre con un cigarrillo en los labios. Es real e imperfecto y, en resumen, muy humano.

No se si leeremos más aventuras de Charlie Northern, pero Jenkins y Ramos han conseguido perfilar un gran personaje. Pienso que podría pasar como me ocurre con (salvando las distancias) Carvalho, Montalbano o Wallander, cuyas historias difícilmente te defraudan y con los años terminas leyendo todos sus libros, y nos ofrecen una muestra de que cualquier temática puede resultar interesante y entretenida si está bien tratada.

La edición de Planeta reúne en un tomo los seis números (incluye las portadas) que componen esta serie, con el papel acostumbrado de no demasiado gramaje y con una tipografía adecuada, pero que cuenta con algunos errores: tiempos verbales mal empleados, palabras con letras desordenadas o incluso suprimidas.

Lectura recomendable especialmente para aquellos que gusten de la novela negra, más a lo Andreu Martín que a lo Dashiell Hammett (volviendo a salvar las distancias), pero con un remate final diferente.

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