La Pequeña Dee recopila en un bonito tomo de formato cuadrangular una serie de tiras que rondan entre las cuatro y cinco viñetas cada una, escritas y dibujadas por el joven Chris Baldwin, creadas en el 2004 (en formato on-line), dentro del género de la tira cómica para adultos, tiras de humor blanco aptas para todo tipo de público, donde es imposible que se te escape una sonrisa o unas risas, siempre con un toque irónico y dobles sentidos que propician que sea una buena excusa para pasar con ellas un buen rato y de paso aprender sobre comportamiento partiendo de las lecciones que te da la vida en según que situaciones.
Esta obra está dentro de ese conjunto de pequeñas obras, aunque me atrevería a calificarlas verdaderamente como grandes dentro del noveno arte, donde los protagonistas son principalmente animales con capacidad de habla y de razocinio, y con humanos también presentes capaces de entenderse o no entre ellos. Nos referimos a obras como Félix el Gato, Calvin & Hobbes, Ciudadano Can, Liberty Meadows, donde sí que hay interlocución entre humanos y animales, o Peanuts, Garfield, Mutts, Over the Hedge, donde no existe interlocución entre ellos, pero sí contacto y convivencia. Por lo tanto, esta tira de Baldwin la podríamos incluir dentro del primer grupo, pero casi rozando la línea que lo separa del segundo grupo, y todo por la nula capacidad para hablar del único personaje humano que aparece: Dee.
En esta ocasión, los protagonistas de nuestra historia son cuatro: La pequeña Dee, Ted el oso, Vachel el buitre y Blake el perro. Aquí cada uno de los personajes tiene su propio rol muy bien definido y muy diferente los unos de los otros.




Toda esta serie de tiras interrelacionadas unas con las otras en un continuum en el tiempo que comienza con Dee perdida en el bosque donde encuentra a Ted, y a partir de este hecho puntual, y al ser adoptada por estos animalitos a la espera de encontrar a sus padres, se suceden una serie de situaciones a cual más entrañable y, como no, imposibles e impensables a la vez.
Vemos como sus "padres adoptivos" intentan cuidar de la niña como si de "Tres solteros y un biberón" se tratara, y cómo se las tienen que ingeniar para poder sacar adelante a una niña humana desconociendo totalmente el cómo hacerlo, lo que provoca que muchos de los momentos vividos por nuestros protagonistas sean de lo más risibles y entrañables.
Son animales, como ya hemos dicho, capaces de pensar, razonar y hablar, en claro contraste con la protagonista humana carente del don de la palabra. El cuento al revés.
Animales capaces de comportarse y reaccionar como cualquier humano, capaces de hacer lo mismo y reproducir los mismos hábitos y comportamientos que estos, e incluso son capaces de adentrarse en el mundo de los humanos (naturalmente "vestidos" para la ocasión) en pos de ayudar e integrar a Dee con los que son los suyos realmente.
Para acabar, sólo volver a recomendaros la compra de este volumen, serie aún abierta en la que está trabajando el autor, y que si queréis, en un pequeño (kit kat) del que podáis disponer a lo largo del día, pasaros un rato divertido, desenfadado, de lectura rápida y amena, no busquéis más y aquí tenéis una obra en la que encontraréis todo eso que estáis buscando. Y, de paso, como moraleja ejemplarizante, comprobaréis que la convivencia entre seres vivos de diferente condición y estatus es posible hoy en día, con sólo mirar la vida con otros ojos y convivir con la naturaleza que nos rodea con otra actitud y mentalidad, lejos del estrés, los problemas y el individualismo que nos produce la urbe actual en su día a día.
Y para más información podéis consultar la web sobre esta obra y la del autor:
http://www.littledee.net/
http://www.littledee.net/
Un saludo cordial.
2 comentarios:
Que medidas-tamaño tiene el "bonito tomo de formato cuadrangular" ???
21x21 cm.
¡¡¡Espero haber saciado tu curiosidad!!!
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