Orn es un “gos d’atura”, un perro típico del Pirineo catalán que seguramente fue elegido por el autor por ser un can fuerte y vigilante, perfecto perro guardián de rebaños, que se le identifica por ser autóctono de tierras catalanas, de donde es nuestro Quim (nacido en Vidreres, La Selva, aunque ahora reside en Cornellà del Terri en el Pla de l’Estany, provincia de Girona), y porque es también una de las mascotas que viven en su hogar de Can Pons, el cual tiene el mismo nombre que el protagonista de nuestra historia.
Quim nos transmite, en sus relatos del medievo, una frescura de un autor joven pero de ya una extensa y dilatada carrera. Yo he tenido la suerte de descubrirlo a raíz de su venida al último Salón del Cómic de Barcelona, invitado por la Editorial Dolmen, por lo que me agencié un cómic que ya hacia tiempo había sido serializado en la extinta Editorial Dude, y que ahora, para suerte mía, han sido recopiladas todas las andanzas de nuestro fornido héroe en un sencillo, pero magnifico tomo, por Maqui Edicions, una pequeña editorial gerundense que ha puesto su empeño en reunir esta obra en un solo volumen, más el material extra de una nueva historia, y editándolo en dos idiomas: en castellano, y en el idioma materno del autor, en catalán (al igual que Dolmen ha hecho con su último volumen).
Como muy bien nos indica Quim en su página web, “siempre me ha gustado mucho dibujar fantasía, y también dibujar animales... o sea que, ¿por qué no mezclarlo todo?” Y de esta premisa simple es creado Orn, historia fantástica con protagonistas antropomorfos.
De manera sencilla, pausada, y degustando toda la esencia que nos transmite Bou con sus ilustraciones y su capacidad de saber captar el contexto donde se desarrolla la historia, nos encontramos con una lectura sencilla y amena, no exenta de sus flashbacks de recuerdos (siempre representados como con un fina película acuosa superficial como difuminando la imagen), y su intriga continua, para mantenernos en vilo hasta llegar a la resolución de lo que el autor nos quiere narrar.
De manera sencilla, pausada, y degustando toda la esencia que nos transmite Bou con sus ilustraciones y su capacidad de saber captar el contexto donde se desarrolla la historia, nos encontramos con una lectura sencilla y amena, no exenta de sus flashbacks de recuerdos (siempre representados como con un fina película acuosa superficial como difuminando la imagen), y su intriga continua, para mantenernos en vilo hasta llegar a la resolución de lo que el autor nos quiere narrar.
Son personajes que, aunque siendo antropomórficos, son perfectamente creíbles, sabiendo solventar los diferentes caracteres de los diferentes protagonistas con los animales acordes a los "personajes" y "personalidades" a reflejar. Nuestro protagonista, Orn, es un corpulento Gos d’Atura, y como la misma naturaleza de este can, es fiel, guardián y protector, es temerario y valiente cuando la situación lo demanda, pero dentro de este fiero guerrero, frío y calculador, se esconde un buen corazón, un guerrero de honor, capaz de sacrificarse por sus amigos si la causa es justa y lo requiere, y donde su actitud extrema en ocasiones se debe a la promesa de encontrar pronta venganza de acontecimientos acaecidos en el pasado
Es curioso destacar que los que hacen el papel que correspondería a los humanos son, como ya hemos dicho antes, animales antropomórficos, teniendo todas las virtudes y los defectos de los primeros, y, en cambio, los que hacen el papel que les correspondería a los animales son, en cambio, insectos, insectos gigantes, que se comportan como las verdaderas mascotas, domesticadas o no, de los antropomorfos. Y, llegado a este punto, nos preguntamos, ¿dónde están los humanos? ¿Son insectos o ratas? ¿Son los seres más rastreros que puedas encontrar? Curiosa la manera de colocar a cada ser vivo en el ¿verdadero papel que le corresponde por méritos propios?
Las arquitecturas son perfectas, consiguiendo ese regusto a medieval, mimetizándonos en las callejuelas de las diferentes aldeas, mostrándonos un mundo inventado pero real, oliendo y sintiendo los sillares y mampuestos de las paredes, los adoquines de las calles, el frescor del campo en los diferentes mercados, la suciedad de los tugurios donde descansan y se desahogan sus habitantes… todo esto al servicio de dar verosimilitud a las andanzas de nuestro mercenario favorito. Y también esos paisajes, esas fantásticas panorámicas de la naturaleza con las que los antropomorfos y las construcciones se fusionan, una simbiosis perfecta que Quim Bou sabe escenificar como nadie infundando gran belleza a sus ilustraciones.
A destacar el cambio que realiza Quim con respecto a la serie de historias publicadas anteriormente, ahora recopiladas en el mencionado tomo, y la nueva etapa del personaje que continua sus andanzas con la publicación del nuevo tomo por parte de la Editorial Dolmen, Orn: Historia Universal, en lo referente al uso del color, del que carecían las anteriores historias. El uso del color como nos confesó el propio autor era una cosa que ya hacía tiempo que iba barruntado pero que por diversos motivos, supongo que por el encarecimiento del producto final, no llegaba a ejecutar. Pero gracias a la nueva etapa con la Editorial Dolmen, apunto de sacar el segundo tomo de este último arco argumental, como ya hemos indicado anteriormente, dentro de su colección Siurell Gold, este sueño se ha hecho realidad, y tenemos que decir que la espera ha valido la pena, mejorando con creces un producto ya de por sí de calidad, y encima a tamaño de álbum BD, lo que beneficia muy mucho el detallismo y la textura con los que Quim nos tiene “malacostumbrados” en cada una de sus viñetas.
Por lo tanto, como siempre hago, y para el que todavía no ha leído las historias de nuestro particular gos d’atura, compraros los dos tomos de lo hasta ahora publicado, y ya veréis como, sin pensároslo dos veces, os compraréis el segundo tomo de Orn, Historia Universal. La inversión valdrá la pena.
Un saludo cordial.
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