La Editorial Dibbuks ha publicado en nuestro país los dos volúmenes que de momento se han editado en el país vecino de la mano de Editions Audie dentro de su colección Fluide Glacial de Bienvenido a Bobolandia de la inseparable pareja Dupuy & Berberian, recopilados aquí en un único volumen de tapa dura, historias que ya comenzaron a serializarse hace un tiempo en la revista El Manglar de la propia editorial.
Bobolandia es el país de los “bobos” (contracción formada por la unión de las palabras inglesas Bourgeois/Bohemian = Burgueses/Bohemios), lugar que podemos considerarlo como ficticio en cierta manera, pero que es tan real como la vida misma, porque realmente es una crítica feroz, descarnada y sin miramientos de ningún tipo que nos ofrecen ambos autores sobre el cinismo y la actitud laxa ante la vida de ciertos personajes, que podríamos extrapolar nosotros en gente conocida y de carne de hueso, ante los que le rodean y su forma de manipular los acontecimientos en beneficio suyo, para enriquecerse y convertirse en los nuevos ricos o, simplemente, en aparentar serlo como modo y actitud personal ante la vida en sociedad. Gente que ven pasar el tiempo como si este no fuera importante, perdiéndolo, enfrentándose a la vida de una manera totalmente superficial, sin importarles realmente nada, sólo ellos mismos, pero ni eso, porque realmente la actitud diaria hacia la vida deja mucho que desear… es simplemente una “pose” ante la vida… son como unos verdaderos “domingueros” del día a día, desinhibidos e irresponsables ante todo lo que les rodea, sin tener un objetivo claro de lo que quieren ser y los otros vean de ellos en la vida, formando parte del eslabón indestructible (y perdido) del consumismo más atroz.
Philippe Dupuy & Charles Berberian no tienen piedad y no dejan títere con cabeza… hacen una dura disección del egoísmo imperante en general entre las personas, entre los ciudadanos de un mismo lugar, entre la clase política, entre esa llamada clase media o ciudadanos aburguesados, que una vez conseguido su bienestar personal se imbuyen en una vorágine verdaderamente destructiva de todo ser social que les rodea y del ecosistema que los sostiene, consiguiendo destruir parte de lo que tocan como si meros productos fueran que pudieran ser repuestos fácilmente por sus consiguientes sustitutivos al alcance de la mano… es la sociedad de consumo pura y dura, el consumismo brutal sin a veces miramientos de ningún tipo…
¿Y cuáles son los estereotipos que son fácilmente identificables es esta obra?... Nos encontramos con el artista “bohemio” que busca la idea perfecta que le de la fama deseada; las típicas familias tipos de clase media-alta que consumen todo lo que sea ecologista, de importación y bio porque ¿es lo correcto o de moda?; la chica “hippie” autónoma y autosuficiente que se mueve por lo más simple e indiferente; el locutor estrella de una cadena de TV mayorista que tiene un programa de entrevistas que sólo busca como sea obtener audiencia con las mismas; el típico “guay” que usa términos “guays” en el idioma universal; al vendedor de pisos que intentan endosar una vivienda deficiente por el sólo hecho de que los compradores buscan una en una zona chic; la altruista que se siente bien ayudando al indigente, al necesitado, pero sin implicarse más de lo debido; el típico jefe manipulador que engaña a sus empleados y sus clientes para conseguir beneficiarse él primero; los empresarios corruptos aliados con la oligarquía política que está en el poder; los turistas que viajan a sitios diferentes de los centros de turismo estándar por y para ser más alternativos… los escritores que hacen todo lo posible por alcanzar la fama y vender bestellers al precio que sea sirviéndose incluso de “negros”; el artista que llega al olimpo de la fama porque la crítica y la moda lo encumbra sin más; la adicción irrefrenable y adictiva por el móvil, y si puede ser el último modelo y de última generación; los chaqueteros ideológicos; la explotación infantil que beneficia a los de siempre sin remordimientos de ninguna clase… todo un elenco de protagonistas que muestran y demuestran el ensimismamiento latente de una sociedad socialmente conformista y culturalmente engolada, donde predomina la visión "embobada" de uno mismo frente a la realidad de la vida en común más solidaria y franca.
A través de historias, unas más cortas y otras de un par o tres de páginas, los autores van diseccionando a estos personajes con sus historias privadas, conformando una historia coral de historias independientes que se suceden alternativamente, volviendo a cada uno de ellos en historias distintas a la anterior y diferente a la suya propia contada con anterioridad... como manteniendo un hilo conductor generalista donde caben todas las historias y todas se pueden interrelacionar para contar algo muy concreto por los autores.
Una obra más de este más que consolidado tándem que hay que ir discerniendo poco a poco para poder sacarle el máximo jugo de toda esta retahíla irónica que ambos autores nos muestran sin tapujos de una sociedad que no se sabe muy bien a comienzos del siglo XXI hacia dónde se encamina, si hacia la búsqueda de la sociedad global, perfecta y solidaria y protectora parece ser del medio ambiente y en lucha del cambio climático, o hacia un resultado donde sobreviva siempre el más fuerte, aumentando aún más si cabe las diferencias entre los mundos y se llegue a la pura comodidad y alienación del urbanita, y se consiga destruir completamente el ecosistema que nos rodea. Pero, rebobinando y haciendo autocrítica de uno mismo, ¿cuánto de lo que los autores nos cuentan podemos sentir como nuestro y vernos identificados en muchas de las actitudes y hechos de los “bobos”?, ¿formamos parte dándonos o no cuenta de este círculo que nos atrapa irremisiblemente?
Una obra que te deja un cierto regusto amargo por lo que dice al mismo tiempo que disfrutas con su aguda lectura… una contradicción más de las muchas contradicciones que nos podemos encontrar tanto en el día a día nuestro como a través de las informaciones que nos llegan a través de los medios de comunicación. Continuaremos estando atentos a lo que estos autores nos puedan aún decir desde su particular e interesante Bobolandia… tela que cortar hay y para largo…
Un saludo cordial.
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