A finales de los ochenta Queensrÿche llegaron a alcanzar altas cotas de popularidad en sus U.S.A. natales, sin embargo en el viejo continente siempre les ha sido más difícil escapar al estatus de banda de culto. Aunque gracias a la prensa musical especializada, al menos los oyentes más afines a los sonidos hard & heavy sí pudieron -y siguen pudiendo- disfrutar de sus trabajos, el público mayoritario se perdió algunos álbumes como el que nos ocupa, de gran calidad no reñida con la aptitud para ser degustado por cualquiera que tenga la sensibilidad suficiente para apreciar un buen disco. Pero es que además, dejando de lado su atractivo envoltorio musical Operation: Mincrime es uno de los mejores álbumes conceptuales jamás hecho.
De los creadores:
Aunque el grueso de los músicos que conformarían Queensrÿche ya se conocían desde los tiempos del instituto, el origen de la banda se puede datar en los primeros años de la década de los ochenta. Esta formación comprende a Geoff Tate (voces), Chris De Garmo y Michael Wilton (guitarras), Eddie Jackson (bajo) y Scott Rockenfield (batería), seguidores de las bandas clásicas de metal como Scorpions, Judas Priest, etc. que con el tiempo ampliarían su abanico de influencias hasta el punto de crear un sonido propio que en realidad nunca dejaría de evolucionar con cada entrega discográfica.
QR son oriundos de Seattle, ciudad que apenas una década más tarde se convertiría en todo un referente en el mapa musical. Si consideramos que en aquella primera época todas las miradas (y oídos) estaban pendientes de la incipiente New Wave Of British Heavy Metal (NWOBHM) que traería a grandes bandas como Iron Maiden o Saxon, podría pensarse que Tate y los suyos no estaban precisamente en el lugar adecuado. Sin embargo la calidad del grupo era tal que un EP auto-producido les bastó para ser fichados por una compañía de la talla de Emi America Records. Según cuenta la leyenda, sin haber realizado una sola actuación en directo.
Su primera referencia con Emi fue una reedición del citado EP The Queen Of The Reich (1983), seguida de su primer larga duración The Warning (1984). The Warning fue grabado en los estudios Abbey Road de Londres bajo la batuta del productor James Guthrie, responsable entre otras obras del mítico The Wall de Pink Floyd, elección sin duda reveladora de las amplias miras musicales de la banda. El disco también cuenta con la colaboración del compositor de bandas sonoras y arreglista Michael Kamen. Aunque la base del sonido de QR era eminentemente metálica, esos primeros trabajos ya apuntaban que las ambiciones musicales de la banda iban mucho más allá de lo que ofrecía la NWOBHM, que no era poco. La presentación de éste álbum les llevó a girar por todo el mundo, taloneando a artistas como Dio, Kiss o Iron Maiden, e incluso como cabezas de cartel en una mini-gira por Japón.
En 1986 QR alumbrarían otro buen trabajo, Rage For Order. Con todo, lo mejor estaba todavía por llegar.
El sonido de la revolución:
En 1988 apareció el trabajo al que hemos dedicado éste artículo: Operation: Mindcrime, impecablemente producido por Meter Kollins.
Tras una estupenda portada en cuatro colores que responde a una estética más bien punk encontramos un álbum conceptual en la línea -al menos en lo formal, que no en lo musical- de obras como el Tommy de los Who. Me resisto a calificar cualquiera de los dos trabajos como ópera-rock en el sentido estricto, pero sí es cierto que en ambos casos nos encontramos con discos cuyas canciones conforman una historia que se va desarrollando de principio a fin a través de las palabras de sus protagonistas.
En lo que respecta a O: M esos protagonistas son tres: Nikki, un yonki que no encuentra su lugar en la vida, lo que lo hace susceptible de ser manipulado por el Dr. X. El Doctor es un personaje sin escrúpulos que trata de implantar un nuevo orden a través del asesinato de personalidades clave del mundo de la política y la religión, sirviéndose para ello de Nikki. Por último la hermana Mary, ex-prostituta reciclada a monja que se convierte en el único apoyo del joven.
La historia que nos relata O: M es una suerte de thriller político ambientado en un futuro no muy lejano, que da pie a sus autores a reflexionar en clave de crítica social sobre temas como la política, la religión o la manipulación. Aunque el contenido literario de la obra juega un papel secundario al quedar supeditado a las exigencias de su particular formato, el concepto del álbum unido a la música que lo acompaña conforman una indiscutible obra maestra.
Musicalmente O: M es un trabajo que combina canciones al uso con pequeños pasajes instrumentales y hablados, ilustrados con diversos efectos especiales. El disco arranca con la emocionante intro Anarchy-X, la cual da paso a lo que es propiamente el primer tema del álbum Revolution Calling. Quien sea capaz de escuchar ésta demoledora pieza y no caer rendido ante la magnitud de la interpretación vocal de Tate -ya confirmado como uno de los grandes- y las guitarras dobladas de De Garmo y Wilton, es que no tiene sangre en las venas.
El sonido de un teléfono –que precede cada una de las sangrientas misiones de Nikki- da paso al siniestro riff que abre el tema título, guiado de forma sinuosa por el pulsante bajo de Eddie Jackson. En Operation: Mincrime la canción encontramos la primera sorpresa del LP en forma de la sensual voz de Pamela Moore, quien interpreta al personaje de la hermana Mary. Hoy por hoy los duetos mixtos están a la orden del día, pero en 1988 la idea de una voz femenina dándole la réplica al vocalista titular era algo realmente infrecuente en un álbum de estas características.
A la rápida y desasosegante Speak sigue Spreading The Disease uno de los temas más NWOBHM del disco, y por ende, uno de los más emocionantes. QR levantan el pie del acelerador con The Mission, otro brindis a la desesperanza que cierra la cara A del vinilo.
Arreglada con tétricos coros y de nuevo con la indispensable voz de Pamela Moore, Suite Sister Mary abre la B erigiéndose en uno de los puntos álgidos del disco. Se trata de una pieza larga e inquietante que comienza lentamente y acaba en un estallido furioso pero a la vez contenido, en el que las baquetas de Scott Rockenfield juegan un gran papel. Con SSM QR demuestran una vez más ser unos adelantados a su tiempo.
Sigue The Needle Lies, nuevo guiño a la NWOBHM, y con una más sosegada Breaking The Silence enfilamos la recta final del disco. Podría parecer que O: M es un trabajo oscuro y pesimista, y desde luego bastante de eso hay. De hecho el gran acierto de Tate, De Garmo y cia. fue en mi opinión dar con el tono adecuado a la hora de poner música a cada uno de los pasajes del relato en un trabajo en el que las atmósferas son tanto o más importantes que las canciones en sí. En cualquier caso, el LP se cierra con dos de los temas más accesibles en el buen sentido de la expresión: I Don´t Believe In love, con su pegadizo estribillo y un brillante solo, y la emocionante y genial Eyes Of A Stranger, uno de esos temas cuyos compases iniciales bastan para llenarte de euforia. EOAS es el broche de oro para un trabajo perfecto.
O: M es un disco más para escuchar que para oir, pero no por ello deja de tener vocación más que suficiente para llegar al público masivo. No en vano el álbum se mantuvo una larga temporada en las listas yanquis –sobre todo gracias a la presencia de I Don´t Believe In Love en la MTV- e incluso fue nominado a un Grammy. Sin duda eran otros tiempos.
La subsiguiente presentación en vivo llevaría a QR a telonear a Def Leppard (USA) y a Metallica (Europa) hasta que las cada vez mayores ventas de O: M les permitieron girar como cabezas de cartel con una espectacular producción, interpretando el LP en su integridad en algunas fechas. Sin embargo tardarían todavía muchos años en presentarlo en España.
A la luz de O: M surgirían sendos productos audiovisuales: Video: Mindcrime (1990), recopilación de clips que ponen imágenes a cada una de las canciones del disco, y el VHS/CD Operation: Livecrime (1991), grabación en vivo que nos brinda la interpretación de O: M de cabo a rabo. Recientemente ha aparecido un triple pack que presenta a un razonable precio sendos CDs con el álbum original y su interpretación en directo, más temas extra, además de la edición en DVD de Video: Mindcrime.
Podría pensarse que con O: M QR alcanzaron su techo comercial y creativo, pero todavía nos tenían reservada una de sus obras más aclamadas, Empire (1990), a la cual le seguiría Promised Land (1994). Después de eso QR han producido una serie de álbumes de indiscutible calidad pero completamente alejados del sonido que les hizo grandes en el pasado, aunque eso ya es otra historia.
En cualquier caso, nada cabe reprocharles siendo que el afán de experimentar y evolucionar es precisamente uno de los valores de la banda. Al menos, al contrario de lo que ocurriría a otras formaciones de su generación, no solo no sucumbieron a la era del grunge que alumbró su ciudad natal, sino que hoy por hoy se mantienen en forma y plenamente operativos.
Cabos sueltos
De los creadores:
Aunque el grueso de los músicos que conformarían Queensrÿche ya se conocían desde los tiempos del instituto, el origen de la banda se puede datar en los primeros años de la década de los ochenta. Esta formación comprende a Geoff Tate (voces), Chris De Garmo y Michael Wilton (guitarras), Eddie Jackson (bajo) y Scott Rockenfield (batería), seguidores de las bandas clásicas de metal como Scorpions, Judas Priest, etc. que con el tiempo ampliarían su abanico de influencias hasta el punto de crear un sonido propio que en realidad nunca dejaría de evolucionar con cada entrega discográfica.
QR son oriundos de Seattle, ciudad que apenas una década más tarde se convertiría en todo un referente en el mapa musical. Si consideramos que en aquella primera época todas las miradas (y oídos) estaban pendientes de la incipiente New Wave Of British Heavy Metal (NWOBHM) que traería a grandes bandas como Iron Maiden o Saxon, podría pensarse que Tate y los suyos no estaban precisamente en el lugar adecuado. Sin embargo la calidad del grupo era tal que un EP auto-producido les bastó para ser fichados por una compañía de la talla de Emi America Records. Según cuenta la leyenda, sin haber realizado una sola actuación en directo.
Su primera referencia con Emi fue una reedición del citado EP The Queen Of The Reich (1983), seguida de su primer larga duración The Warning (1984). The Warning fue grabado en los estudios Abbey Road de Londres bajo la batuta del productor James Guthrie, responsable entre otras obras del mítico The Wall de Pink Floyd, elección sin duda reveladora de las amplias miras musicales de la banda. El disco también cuenta con la colaboración del compositor de bandas sonoras y arreglista Michael Kamen. Aunque la base del sonido de QR era eminentemente metálica, esos primeros trabajos ya apuntaban que las ambiciones musicales de la banda iban mucho más allá de lo que ofrecía la NWOBHM, que no era poco. La presentación de éste álbum les llevó a girar por todo el mundo, taloneando a artistas como Dio, Kiss o Iron Maiden, e incluso como cabezas de cartel en una mini-gira por Japón.
En 1986 QR alumbrarían otro buen trabajo, Rage For Order. Con todo, lo mejor estaba todavía por llegar.
El sonido de la revolución:
En 1988 apareció el trabajo al que hemos dedicado éste artículo: Operation: Mindcrime, impecablemente producido por Meter Kollins.
Tras una estupenda portada en cuatro colores que responde a una estética más bien punk encontramos un álbum conceptual en la línea -al menos en lo formal, que no en lo musical- de obras como el Tommy de los Who. Me resisto a calificar cualquiera de los dos trabajos como ópera-rock en el sentido estricto, pero sí es cierto que en ambos casos nos encontramos con discos cuyas canciones conforman una historia que se va desarrollando de principio a fin a través de las palabras de sus protagonistas.
En lo que respecta a O: M esos protagonistas son tres: Nikki, un yonki que no encuentra su lugar en la vida, lo que lo hace susceptible de ser manipulado por el Dr. X. El Doctor es un personaje sin escrúpulos que trata de implantar un nuevo orden a través del asesinato de personalidades clave del mundo de la política y la religión, sirviéndose para ello de Nikki. Por último la hermana Mary, ex-prostituta reciclada a monja que se convierte en el único apoyo del joven.
La historia que nos relata O: M es una suerte de thriller político ambientado en un futuro no muy lejano, que da pie a sus autores a reflexionar en clave de crítica social sobre temas como la política, la religión o la manipulación. Aunque el contenido literario de la obra juega un papel secundario al quedar supeditado a las exigencias de su particular formato, el concepto del álbum unido a la música que lo acompaña conforman una indiscutible obra maestra.
Musicalmente O: M es un trabajo que combina canciones al uso con pequeños pasajes instrumentales y hablados, ilustrados con diversos efectos especiales. El disco arranca con la emocionante intro Anarchy-X, la cual da paso a lo que es propiamente el primer tema del álbum Revolution Calling. Quien sea capaz de escuchar ésta demoledora pieza y no caer rendido ante la magnitud de la interpretación vocal de Tate -ya confirmado como uno de los grandes- y las guitarras dobladas de De Garmo y Wilton, es que no tiene sangre en las venas.
El sonido de un teléfono –que precede cada una de las sangrientas misiones de Nikki- da paso al siniestro riff que abre el tema título, guiado de forma sinuosa por el pulsante bajo de Eddie Jackson. En Operation: Mincrime la canción encontramos la primera sorpresa del LP en forma de la sensual voz de Pamela Moore, quien interpreta al personaje de la hermana Mary. Hoy por hoy los duetos mixtos están a la orden del día, pero en 1988 la idea de una voz femenina dándole la réplica al vocalista titular era algo realmente infrecuente en un álbum de estas características.
A la rápida y desasosegante Speak sigue Spreading The Disease uno de los temas más NWOBHM del disco, y por ende, uno de los más emocionantes. QR levantan el pie del acelerador con The Mission, otro brindis a la desesperanza que cierra la cara A del vinilo.
Arreglada con tétricos coros y de nuevo con la indispensable voz de Pamela Moore, Suite Sister Mary abre la B erigiéndose en uno de los puntos álgidos del disco. Se trata de una pieza larga e inquietante que comienza lentamente y acaba en un estallido furioso pero a la vez contenido, en el que las baquetas de Scott Rockenfield juegan un gran papel. Con SSM QR demuestran una vez más ser unos adelantados a su tiempo.
Sigue The Needle Lies, nuevo guiño a la NWOBHM, y con una más sosegada Breaking The Silence enfilamos la recta final del disco. Podría parecer que O: M es un trabajo oscuro y pesimista, y desde luego bastante de eso hay. De hecho el gran acierto de Tate, De Garmo y cia. fue en mi opinión dar con el tono adecuado a la hora de poner música a cada uno de los pasajes del relato en un trabajo en el que las atmósferas son tanto o más importantes que las canciones en sí. En cualquier caso, el LP se cierra con dos de los temas más accesibles en el buen sentido de la expresión: I Don´t Believe In love, con su pegadizo estribillo y un brillante solo, y la emocionante y genial Eyes Of A Stranger, uno de esos temas cuyos compases iniciales bastan para llenarte de euforia. EOAS es el broche de oro para un trabajo perfecto.
O: M es un disco más para escuchar que para oir, pero no por ello deja de tener vocación más que suficiente para llegar al público masivo. No en vano el álbum se mantuvo una larga temporada en las listas yanquis –sobre todo gracias a la presencia de I Don´t Believe In Love en la MTV- e incluso fue nominado a un Grammy. Sin duda eran otros tiempos.
La subsiguiente presentación en vivo llevaría a QR a telonear a Def Leppard (USA) y a Metallica (Europa) hasta que las cada vez mayores ventas de O: M les permitieron girar como cabezas de cartel con una espectacular producción, interpretando el LP en su integridad en algunas fechas. Sin embargo tardarían todavía muchos años en presentarlo en España.
A la luz de O: M surgirían sendos productos audiovisuales: Video: Mindcrime (1990), recopilación de clips que ponen imágenes a cada una de las canciones del disco, y el VHS/CD Operation: Livecrime (1991), grabación en vivo que nos brinda la interpretación de O: M de cabo a rabo. Recientemente ha aparecido un triple pack que presenta a un razonable precio sendos CDs con el álbum original y su interpretación en directo, más temas extra, además de la edición en DVD de Video: Mindcrime.
Podría pensarse que con O: M QR alcanzaron su techo comercial y creativo, pero todavía nos tenían reservada una de sus obras más aclamadas, Empire (1990), a la cual le seguiría Promised Land (1994). Después de eso QR han producido una serie de álbumes de indiscutible calidad pero completamente alejados del sonido que les hizo grandes en el pasado, aunque eso ya es otra historia.
En cualquier caso, nada cabe reprocharles siendo que el afán de experimentar y evolucionar es precisamente uno de los valores de la banda. Al menos, al contrario de lo que ocurriría a otras formaciones de su generación, no solo no sucumbieron a la era del grunge que alumbró su ciudad natal, sino que hoy por hoy se mantienen en forma y plenamente operativos.
Cabos sueltos
Dado que la intención de este texto es más dar a conocer el disco que entrar en su exhaustivo análisis, no voy a meterme a fondo en la historia de Nikki, Mary y el Dr. X. Solo decir que el álbum dejó en su día suficientes puertas abiertas como para hacer presagiar una segunda parte. Las súplicas de los fans al respecto no obtendrían respuesta hasta este año 2006 con Operation: Mindcrime II, editado por Rhino Records.
En lo literario, O: M II comienza veinte años después de los hechos acontecidos en la primera parte con un Nikki que acaba de salir de la cárcel tras cumplir condena, y que clama venganza. Precisamente la venganza es uno de los temas de esta secuela.
En lo musical, sin estar a la altura de su predecesor O: M II es un buen disco que supera los últimos trabajos de QR. Posiblemente el mayor handicap del LP es que no cuenta ni con las composiciones ni con la guitarra de Chris De Garmo. Con todo, se trata de un álbum complejo, que abarca un espectro musical mucho más amplio que la primera parte y que hará pasar buenos momentos al fan menos cerrado de mente. Por lo pronto la interpretación vocal de Tate en la inicial I´m American es para quitare el sombrero. Así mismo, las colaboraciones de Pamela Moore, de nuevo en el papel de la hermana Mary, y del mismo Ronnie J. Dio poniendo voz al Dr. X. dan lustre a un trabajo que estaba inexorablemente destinado a la incomprensión. Como dato adicional, pese a que a nivel compositivo Tate y los suyos no quisieron limitarse a la clase de material que escribían en el pasado, el disco ha sido manufacturado con equipos rescatados de los ochenta, una prueba más del mimo depositado por la banda en la elaboración del LP.
En fin, como poco este álbum nos ha permitido disfrutar del directo de QR por primera vez en España. La cita tuvo lugar el pasado 17 de junio en el festival Lorca Rock, siendo los de Seattle los encargados de cerrar el evento. La banda brillo con gran intensidad presentándonos un teatral show centrado en las dos partes de O: M, con Pamela Moore como excepcional invitada. Tal vez el formato performance de la actuación dejó a los formidables músicos que son QR en un segundo plano, cobrando mayor protagonismo la sensacional voz y el gran carisma del cantante, pero desde luego fue una actuación inolvidable.
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