Con el tiempo Daniel Clowes ha pasado de la improvisación a la meticulosidad, quizás no de forma aparentemente directa, pero es que su nueva obra “Ice Haven”, publicada por la Editorial Random House Mondadori, está perfectamente orquestada, quizás manifestándose un cierta obsesión por intentar crear una obra perfecta, aun siendo consciente de su dificultad, por supuesto tirando de muchas referencias, bebiendo de la composición de página de los clásicos del cómic, experimentando con el formato apaisado, reconvertido para esta edición en tomo, partiendo de un número editado en la serie Eightball con distinto formato, y dando la sensación como si en el fondo, hasta esta especie de mutación en el formato estaba calculada al milímetro, no dejando nada al azar.
Ice Haven es el nombre del pueblo donde se localiza esta obra, lejos de evocar ese paraíso invernal que pretende, más bien se nos presenta como un lugar donde impera un ambiente frío y distante a todo el que se acerque, incluyendo al propio lector, y dando la sensación como si se hubiera quedado congelado en los años 50, la misma época en la que parece que se haya quedado también congelado el propio autor, haciendo ese ejercicio de nostalgia que tanto parece gustarle. La historia comienza con un rápido vistazo a los distintos personajes, como si de una película se tratase, para acto seguido reflexionar sobre la aportación y los cimientos fundamentales del propio cómic con respecto a la prosa y el cine, en una reflexión en la que se pone de manifiesto la boyante juventud por la que todavía está atravesando, juventud que da pie a pensar que aún no se han creado las mejores obras, ofreciendo todavía un sinfín de posibilidades, con las que poder ir innovando en este lenguaje pictográfico popular conocido como cómic.
Clowes pondrá el cebo con el que hacer picar el interés del lector, en este caso el secuestro y posible asesinato de un niño del pueblo. Poco a poco descubriremos a cada uno de los diferentes y extravagantes personajes que habitan en este pequeño pueblo, mostrándonos sus interioridades, sus reflexiones, sus miedos, sus deseos, sus frustraciones, sus obsesiones. Personajes que irán construyendo su propia historia, independiente de los demás, completando un puzzle de aparente escasa relación, pero de complejo significado. Clowes juega con los recursos narrativos, con la composición, con los distintos estilos, con las elipsis temporales, con los personajes, con el lector y consigo mismo, viéndose esto último reflejado en la mayoría de los personajes, como si cada uno de ellos fuese una parte de sí mismo.
Siguiendo con lo mencionado en la última parte del anterior párrafo, y siendo consciente que me encanta meterme en arenas movedizas y zarzales varios, voy a pasar a comentar brevemente la asociación existente entre alguno de los personajes que llenan esta


Las capas con las que cuenta es tan amplia, como significados quiera darle el propio lector, pero lo que sin duda no se le puede discutir al autor, es su interés por acercase al lector inteligente, y por mostrarnos un universo tan rico como el que uno quiera, bombardeándonos de detalles e ideas con las que uno, si quiere, puede ir jugando, rompiendo esquemas preestablecidos, estimulando al propio lector a la indagación y reflexión, que no es poco, y demostrando que él, como muchos otros autores de hoy en día, son capaces de hacer cómics con mayúsculas, y con los que uno además pueda disfrutar.
3 comentarios:
Estupenda pictorrecopilación narraglífica y estupenda reseña, aunque reconozco que me gustaron más algunas historias de Caricatura que este Ice Haven (que me ha gustado MUCHO pero no ha satisfecho la expectación que había puesto en él).
tio berni, quizás el problema es que se ha hablado tanto de ella dandole un tratamiento de obra maestra, que si bien por una parte le ha dado prestigio y la ha beneficiado publicitariamente, por otra parte la expectación que ha producido ha sido tal, que ha acabado por defraudar a mucha gente aun tratandose de un muy buen comic.
También pienso igual acerca de Caricatura, realmente es muy, pero que muy bueno.
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