viernes, febrero 22, 2008

ARRUGAS de Paco Roca

Novela gráfica publicada por la Editorial Astiberri dentro de la colección Sillón Orejero.

Nunca las arrugas estuvieron tan bien plasmadas en el papel como en esta obra, aunque claro, no nos referimos a cómics arrugados y maltratados, sino a ese cambio físico que empieza a presentarse en la gente sin cita previa, sin que las invitemos en ningún momento y que dejan constancia de cómo afecta el paso de los años en todos los seres humanos, sin que podamos hacer nada para remediarlo.

Todos estamos advertidos del significado de la vejez. Somos conscientes de que sin duda nos llegará, pero, cada uno se la imagina de forma distinta y, aunque no queramos admitirlo, nunca esperamos que sea como nos lo cuenta el propio autor en esta historia: arrastrados a una residencia, víctimas de los seres más queridos que, al fin y al cabo, es la peor enfermedad que uno puede llegar a sufrir, pues tampoco es deseado por nadie el encontrase en esta situación. Personas que de repente abren los ojos y se dan cuenta que están en una especie de chatarrería, en busca de las piezas con las que dar sentido a toda su vida y poder montar ese futuro incierto ya presente que parecía que no llegaría nunca, pero que está ahí, atrapándolos en ese tren que parece que no va a ninguna parte y del que no conoces su nombre.

El valenciano Paco Roca nos invita a subir en el tren de la vida, pero teniendo en cuenta que, el vagón que nos toca coger en esta ocasión, no es ni mucho menos en primera clase. No hay cafetería, ni asientos cómodos, sino más bien está envuelto de un silencio, una soledad y un aburrimiento, en el que el tiempo no pasa, y en el que su parada más importante se llama “El largo adiós”. La ruta es larga, y el camino es largo o corto según se mire, pero de lo que estoy seguro es que mientras se tengan ganas de luchar, ganas para que la sonrisa se sobreponga a la locura y al miedo, por muy asustado que se esté, cada día que pasa es una pequeña victoria que no debería de pasar inadvertida ante nadie.

La forma con que no es contada una historia como ésta, una historia que te deja sin aliento en muchos momentos y te consigue acercar a esa batalla librada por unos soldados que, en ningún momento, desean librarla y tienen perdida desde un principio. Una batalla intensa y dramática que invita a la reflexión huyendo de cualquier sensiblería y, por otra parte, tan habitual en este tipo de obras. Personajes que surgen de la realidad de un mundo en constante movimiento, aterrizando en otro donde todo se vuelve más simple, pero a la vez más complejo e incomprensible. Y, todo esto, es lo que se le viene encima al bueno de Emilio, un anciano que empieza a tener síntomas de Alzheimer y que es alojado –aunque yo más bien diría que es arrojado- por su familia en una residencia, donde tendrá que convivir con otros ancianos siempre envueltos de anécdotas, con los que compartirá sus alegrías y sus tristezas, a la vez que irá descubriendo cómo van disminuyendo, poco a poco, sus facultades.

Paco Roca demuestra que su fuerte es transmitir sensaciones que sólo suelen encontrarse en historias contadas desde la serenidad y la armonía interna. Muy pocos autores son capaces de expresar este tipo de sentimientos desde la distancia, con historias que le han sido contadas por sus personas más cercanas, con sus anécdotas que, en muchos momentos, dan ese toque enérgico y distraído tan necesario para suavizar un tema como éste. Y esto es algo muy de agradecer por lo delicado del asunto, por el duro retrato que te atrapa sin remisión, pero también, por lo brillantemente que nos es narrado, por su naturalidad o por la importancia de lo cotidiano del día a día.

Una obra maravillosa que debería estar siempre presente en toda recomendación, y que sin duda, con el paso de los años, ocupará un sitio privilegiado dentro de cualquier biblioteca que lo único que pretenda es tener obras que de verdad valgan la pena sentir y recordar, releer y disfrutar.

4 comentarios:

Mar dijo...

Desde luego que muy recomendable!!

Besitos

Anónimo dijo...

La verdad es que con Paco Roca te haces en seguida fan.

Besitos festeros y madaleneros.

Mar dijo...

¿Fiesta y madalenas?
¿Dónde?
Me apunto!!!

Besitos más

EduXavi dijo...

Cuando y donde quieras, Raúl(a). Total, son sólo cuatro horitas de na en tren y, además, ya sabes que nuestra casa es tu casa.
Ah, y las madalenas con chocolate están de muerte...