LA GUERRA POR EL NORTE. LEYENDA DE UNA ERA # 1 de Guillem López

La Fantasía Épica está de enhorabuena: el Grupo Editorial AJEC, en su colección Excálibur Fantástica, ha publicado “La Guerra por el Norte” de Guillem López, primera parte de la saga “Leyenda de una Era”. Digo está de enhorabuena porque Guillem López es un joven autor español, de Castellón para más señas, que ha publicado su primera novela, a la que seguirán muchas más pues el éxito que ha logrado y su buen hacer, es preludio de lo que está por venir: otras magníficas novelas.

La Fantasía española está en un momento extraordinario. Han surgido autores, jóvenes noveles que han perdido el miedo a escribir Fantasía, que están teniendo un respaldo de las editoriales y están creando y fomentando unos lectores que han comprendido que no sólo los anglosajones escriben bien la Fantasía, sea Épica o no. Este es el caso de Guillem López. Metido en el mundo cultural ya de muy joven escribe, cofundador de Bochinche Teatro y colaborador de Teamotro, redacta monólogos y guiones, diseña los mapas de sus historias o compone música sobre sus historias.

La novela que os presento ya me llamó la atención en las librerías pero fue su presentación en el Hispacón 2010 lo que me decidió leerla. No me ha defraudado. Debo añadir, ante todo, que fue una presentación que no desveló ningún dato pero sí que nos marcó el camino seguido en su realización y lo que pretendía lograr su autor. Con esta base, digamos teórica, me lancé a leerla. Y no le he encontrado ningún “pero”. Y no creáis que soy indulgente, os lo digo de corazón.

La trama no es fácil de aclarar, hay muchos personajes, situaciones políticas enrevesadas y complejidades psicológicas. Se desarrolla en un mundo que podríamos señalar como la Edad Media por sus separaciones en estamentos (nobles, campesinos y clero), su forma de vida: el campo y la guerra. Un campo con pocos avances tecnológicos: el arado, los caballos, el ganado. La vestimenta también es de época: túnicas, mallas guerreras, capas, e incluso presenta diferenciación entre los campesinos y nobles en la calidad de los tejidos: sedas e hilo frente a burda lana. Las armas tampoco se salen de esta época: espadas, hachas, arcos y flechas, armaduras y jubones y petos de cuero endurecido.

Escudos y blasones de las diferentes Casas

Situados en este mundo tenemos varios reinos en que la monarquía es la forma de gobierno. Misinia es un reino fuerte, organizado y dirigido por la dinastía Levvo, guerrera, dominante y con ansias de expansión. Aukana es un reino surgido de una separación de siglos pero que en la actualidad está dividido en bandos, en diversos clanes de nobles cuya lealtad a la corona central es muy cuestionable pues el actual rey Khymir XII es un heredero tardío, criado lejos de su país. Al sur se extiende, se nombra y su influencia se nota, el Imperio de Serende. Un Imperio admirado pero que no llegamos a conocer, solo sabemos de su riqueza, su cultura y refinamiento. Son unos países situados al norte de un mundo que no se nos muestra por completo. Un marco geográfico con altas montañas al norte, llanuras con suaves colinas recorridas por caudalosos ríos y frondosos bosques. Una zona abrupta y peligrosa al norte y otra más suave y con mejor clima al sur. Es en esta realidad de una determinada civilización y en este determinado marco geográfico, donde se desarrolla toda la acción. Tenemos la ayuda de un mapa de este Norte realizado por el propio Guillem López en el que podemos seguir toda la acción y situarnos mejor en las distintas rutas y poblaciones.

Mapa de los Reinos del Norte

Empieza ya de forma espectacular: una tormenta feroz en el norte de Misinia que desgarra la tierra y es el presagio de males futuros. Nos presenta al cabrero Jared y a su hija Kali. Se nos insinúa que tiene un pasado terrible, un huir, un peregrinar por las tierras para encontrar un hogar. Jared no es un amoroso padre, está resentido con su hija por considerarla la causante de la muerte de su madre, su esposa. Pero al tiempo sabe que toda la culpa es suya, es consecuencia de sus actos. La muchacha, Kali, es una figura triste, rechazada, sin cariño familiar ni amigos. Es extraña y ya intuimos en ella un fondo oscuro. Esta tormenta hace que surjan unos poderes extraños e inexplicables en Kali que han provocado la muerte de varios campesinos: Jared debe huir de nuevo con su hija.

Poco a poco se nos muestran las distintas situaciones que mueven al país. Son la presentación de una sociedad, un rey, una asociación religiosa y guerrera. La situación política está alterada pues el rey Abbathorn Levvo quiere aumentar su poder tomando el condado de Bremmaner. Está asociado con la Congregación de Vanair, orden religiosa y guerrera, pero al tiempo quiere su sometimiento a la realeza. Esta Orden también tiene sus propios problemas internos que acabarán por separarla en dos bandos bien diferenciados: un bando guerrero, político, con dominio sobre el pueblo y el otro más místico, de ayuda al pueblo basado en la Fe, en la palabra. El mismo Gran Maestre oscila entre los dos bandos pues comprende que si acata los deseos del rey, será el fin de la Orden como poder, no sólo político sino también religioso. La inquisición de la Orden, los Puros de Dios, juega entre este poder político y su deber como preservadora de la pureza religiosa.

El reino de Aukana también necesita la guerra para fortalecer su posición, sobre todo la del rey Khymir que llegó al trono por circunstancias adversas: quinto hijo del rey, no era el sucesor reconocido, sino que fue criado en el Imperio de Serende como diplomático de Aukana. Refinado y culto, choca con todos sus señores, sus cabecillas, divididos en tribus y clanes, sedentarios y nómadas, preocupados más por sus rencillas particulares y odios ancestrales que por la unión de su país.

Mapa de Kanja

Existe otro poder, oculto, perseguido y rechazado: el pueblo de los marcados, los llamados razaelitas, con poderes extraordinarios, muy variados. Es un pueblo diluido en el sentido que sobresalen de vez en cuando ciertos individuos. Considerados brujos y magos son perseguidos por la Orden de Vanair, odiados y temidos al tiempo que admirados por sus poderes.

En los calabozos de la capital de Misinia, en el palacio de Levvokan, se encuentra encerrado por estos extraños poderes el joven Eadgar que tiene el poder de la sanación. Se le ha ido desarrollado poco a poco, desde curar unos rasguños a curar enfermedades graves. Detenido en la lejana Rondeinn llama la atención del primer consejero, Rághalak, siniestro ser del que nadie sabe con certeza como ha podido auparse hasta ser la mano derecha del rey Levvo. Pretende descubrir el origen del poder de los razaelitas sometiendo a tortura a todo razaelita que cae en sus manos. Ante el enorme poder de Eadgar se replantea muchos misterios.

La división dentro de la Orden de Vanair llega a su punto culminante con la traición a los hermanos diferentes, disidentes. Los Caballeros de la Aurora, paladines errantes que realizan el bien allá por donde van, son masacrados, escapando el caballero Earric de Bruswic, caballero atormentado por su pasado, por su amistad con el inquisidor Anair, se pregunta sobre la Verdad que acata la Orden. Jakom el Devoto es el alto inquisidor que acata las órdenes de su Gran Maestre y del propio rey Levvo.

Mapa de Araknur

Aparecen numerosos personajes llamados secundarios pero que tienen su razón de ser en la historia a la que aportan verosimilitud y sus propias ideas. Numerosos caballeros, tanto “legales” como disidentes, el bufón-bardo de la corte de Aukana, consejeros de las diferentes cortes, la reina Anja y su hija la princesa con su mismo nombre, la princesa Vanya de Aukana que desea ser una verdadera reina para su pueblo y no una pieza más de la política de su padre.

De forma latente, pero no menos destacada, tenemos a los druidas, que velan por el equilibrio de la tierra, que ven con preocupación el desarrollo de los acontecimientos y de la guerra que se ha desatado. Son estos quienes cierran esta primera parte pero que en un futuro tendrán más peso, más que ofrecer porque son ellos quienes han enviado a Mina para rescatar a Eadgar y protegerlo, ¿o bien aprovecharse de él?

Es una sociedad convulsa, con una corriente interna y soterrada que prepara la guerra, en la que las alianzas son extrañas, la Orden actúa como guía y martillo, el rey Abbathorn Levvo III y sus nobles son duros, con ansia de poder, de ocupación de unas tierras para aumentar su riqueza. A su lado el rey Khymir XII de Aukana se nos presenta como un rey culto, refinado, que odia la guerra y sabe de las intrigas para ganarla y que debe comportarse como un rey inflexible si quiere su propia seguridad y la de su pueblo. Aukana está en un momento difícil: un rey no aceptado y dividido por partidismos tribales. El desarrollo psicológico, las dudas y los planteamientos morales de este rey son de lo mejor de la novela.

En realidad todos los personajes, los grandes y los pequeños, tienen marcada su personalidad, no son planos, buenos o malos, todos tienen un pasado, unas motivaciones y una manera distinta de enfocar su vida y las circunstancias en la que les ha tocado vivir. Los dos personajes con “el poder” también tienen su propia evolución. Eadgar, el joven razaelita, el marcado, perseguido, humillado, golpeado, al que todos utilizan en su provecho, que vive asustado, sin un futuro, que desea la muerte, por fin comprende su alto poder y como utilizarlo en su beneficio. Un poder que sana y da vida a las cosas pequeñas pero que utilizado en sentido contrario, da muerte y destrucción. Al contrario de la joven Kali cuyo poder se ha manifestado siempre de forma tremenda y descontrolada, un poder que destruye y mata. Su vida tampoco ha sido fácil a pesar de tener un padre. Kali nació ya provocando la muerte, se da cuenta que su poder no es tan terrorífico pues lo puede utilizar en beneficio de sus amigos, para su defensa y protección. Así que ambos poderes antagónicos entre sí, evolucionan hasta coincidir y cambiar de signo los dos.

Junto al planteamiento psicológico, cabría destacar los diálogos que marcan la acción, hacen viva la historia y que sirven tanto para manifestar las opiniones de los hablantes como también remarcar su personalidad, por lo que suponen los silencios. Estos diálogos además tienen un lenguaje adecuado para cada uno, no sólo ya como monje guerrero, noble o campesino, sino para cada personaje en particular. El lenguaje que utiliza Guillem López no es ni “moderno” donde se podría ver que chirría por expresiones no adecuadas para la época, ni demasiado empalagoso intentando imitar un lenguaje de época. Es un lenguaje claro, comprensible, con vocabulario adecuado a las armas, castillos, caballeros o vestiduras de lo que sería la Edad Media.

El ritmo corre fluido, veloz, con descripciones precisas que te localizan el lugar en el que estamos pero no se recrea en ellos: en unos pocos rasgos marcados ya nos situamos en el lugar. También contribuye a este ritmo las escaramuzas, las batallas, las luchas cuerpo a cuerpo que nos describe Guillem López de una manera lógica. La guerra es muy importante en la novela pero el desarrollo de las luchas está bien dosificada y en el momento oportuno. E insisto de una manera que huye de las exageraciones y grandes hechos, pues lo realizan hombres, no “superhéroes”.

Por todo esto es una novela fácil de leer pero, los hechos que narra y por la cantidad de los personajes, se debe leer con cuidado, para no confundirnos ni liarnos con tantos de ellos. Pero eso no importa porque toda esta acción necesita a todos estos personajes. Al final de la novela tenemos el listado de los principales protagonistas, cosa que es de agradecer porque supone una gran ayuda, por lo menos al principio para poder situarte en la historia. Algunos de estos personajes desaparecen y pienso que es una lástima porque hubieran dado más juego, ¿o no han desaparecido? Bueno, ya lo veremos en la continuación que ya está preparando Guillem López.

Mapa del gran bosque de Anam Oag

Es de esos libros que no puedes dejar de leer. Quieres saber más... Y ¿ahora qué? ¿Kali sigue su camino? ¿La Orden conseguirá sus propósitos? ¿Aukana se unirá en un país fuerte? ¿Y las intrigas palaciegas? ¿Y el joven Eadgar como reaccionará? Y no sabes por donde cortar para ir a dormir. Pero dormir es una pérdida de tiempo que te aleja de la historia. Y además como los capítulos están muy bien planificados, te dejan con ganas de más. Están en su justa medida: ni cortos, que a veces también cansan porque cortan la línea de la narración, ni muy largos para que se puedan terminar de una tacada. Y vuelves a coger el libro con ganas de continuar.

Aquí debo confesar que me resistía a leer el último capítulo por la sencilla razón que se acababa y no podía seguir leyendo y continuar con la historia de todos estos personajes a los que les has cogido cariño. Pero no pasa nada: ya sabemos que se está preparando la continuación. Esperando esta segunda parte os la recomiendo vivamente: os gustará y disfrutaréis con todas estas aventuras.

Saludos y hasta pronto.