Os dejamos con la información de las cuatro exposiciones que se podrán visitar durante la celebración del XIII Expocómic extraída de la web oficial del salón.
DOS ASES DEL DIBUJO: EMILIO (1899-1976) Y CARLOS F R E I X A S (1923-2003). MAESTROS DE LA ILUSTRACIÓN Y LA HISTORIETA. EXPOSICIÓN CONJUNTA DE HOMENAJE
Emilio Freixas Aranguren, Barcelona (1899-1976). Procede del mundo de la ilustración donde dejó su sello. Abordó todos los géneros del dibujo mostrando su genialidad. Ilustración e historieta, pionero en modalidad aventurera. Categoría de gran maestro reconocida mundialmente. Representado en museos de New York, Washington, Los Ángeles, San Diego, en parangón con grandes creadores del cómic americano. 1947 National Cartoonis New York, primer premio al mejor dibujante extranjero. 1948 IV Centenario nacimiento de Cervantes. 1952 Primera Medalla del Primer Congreso Internacional de Cómics de New York. 1971, Dibujantes de historieta en homenaje a Emilio Freixas. 1972 Invitado de honor a la Convención Internacional del Cómic en EE.UU. 1972, Presidente de la Asociación de dibujantes de la historieta y la ilustración. Reconocida su maestría en Lucca (Italia), en el 73 con premio al mejor dibujante de historietas. Distinciones en Francia y Bélgica. En España 1973 Presidente de honor del Certamen de Cómic de Gijon. 1976 homenaje póstumo en el IV Congreso Internacional del cómic de Gijón. 1999, sendas exposiciones en Barcelona y Madrid a cien años de su nacimiento, editando un catálogo obra de consulta. Entre los “Veinte Ilustradores Españoles (1898-1936)”, sobresalientes de ese periodo, en la Biblioteca Nacional. 2004. El País de las Arenas (Chicos 73,1939), cómic y libro precursor de novela gráfica, inicio de unas cuarenta historietas que publicó la revista, abordando todos los géneros, con alta calidad artística. En 1935 comenzó en Pocholo y Mickey. Emilio y Carlos editaron a sus personajes: Capitán Misterio y Pistol Jim en 1944. Emilio figura en la antología de ilustradores de cuentos clásicos. Director artístico de Bruguera y destacadas firmas de productos cosméticos y moda. Él y su hijo Carlos desarrollaron labor didáctica de dibujo e ilustración, ocupando gran parte de la vida de ambos. Obra aún vigente, sirvió de texto en la enseñanza oficial, y se exportó a América Latina, A su arte dedicaron lo mejor de si mismos. Emilio decía a su hijo y discípulos “copiar del natural”, ahí esta el secreto. Por su estilo mágico , cursivo y magistral, fue definido como poeta de la línea.
Carlos Freixas´Baleitó, Barcelona (1923-2003), gran dibujante, hijo de Emilio Freixas, su maestro, del que recibió las primeras nociones desde su infancia: “esencialmente evitar errores”. En 1947, con 24 años marchó a Buenos Aires, donde permaneció hasta 1956. Etapa importante para su formación artística. Se desmarca del estilo de su padre ofreciendo otro muy sugerente que define: “Yo no soy un fan de la línea, busco captar el sentido dramático y no decorativo”. Contacta con La Escuela Panamericana de Arte coincidiendo con los grandes artistas: Breccia, Pratt, Castillo, Cozzi y J.L.Salinas. Carlos es uno mas entre ellos. Tiene por guionistas: Ongaro, Oesteheld, trabajadores para sindicatos de EE.UU, gozando de mejores historias que su padre, y es dibujante de comics de éxito. Produce: Drake, IIndio Suarez, Darío Malbrán, con dibujos del natural, Tucho, Elmer King, Cesar Cris, Dakota, para las revistas, Pateruzito, Leoplan, Maribel y Chavela. Periodo argentino desconocido en España. Originales recuperados añadirían reconocimiento a este dibujante superdotado. Regresa a Barcelona, vuelve a trabajar como solía, en las mismas publicaciones que su padre. A partir de 1976 fallece éste y hasta su final en 2003, Carlos desarrolla ingente labor para editoriales de EE.UU, Suecia, Holanda, Escocia, Portugal e Inglaterra : Bañera, Comics Bardon y Fleektwy, siguiendo con Lecciones de Dibujo Artístico. Una imagen vale mas que mil palabras, es ocasión para contemplar las obras de Emilio y Carlos, que son esto y mucho mas.
Antonio de Mateo Remacha
SANTIAGO SEQUEIROS: ONTOLOGÍA
Es una opinión bastante generalizada entre los estudiosos de nuestras mentes y de nuestras almas (al fin y al cabo, éste es un libro de ontología dibujada) que cada uno de nosotros sólo puede elegir entre dos posibilidades: retroceder a lo que ellos llaman una solución patógena arcaica, donde nos están aguardando tantísimos impulsos reprimidos, o avanzar hacia nuestra humanidad y desarrollarnos. Y con esa misma dualidad, presente en casi todos los sistemas de pensamiento, nos desplazamos por la existencia, optando libremente, o dejándonos ir (mal asunto), entre la luz y las tinieblas, la vida y la muerte, el socialismo o la barbarie…
Pero, desde que vi por vez primera dibujos de nuestro Santiago Sequeiros, empecé a tener mis dudas al respecto, porque él avanza y retrocede a un mismo tiempo, y de una forma obstinada, en esa singularidad dual, como si quisiera hacernos partícipes de la condición dramática que entraña ser metafísicamente humano.
Su visión de lo blanco y lo negro (el rojo es en él una exaltación de lo emotivo que administra la intuición) no nace tanto de la devoción que cualquier dibujante siente hacia aquellos autores que toma como referencia, aunque los haya también en su horizonte, sino de una tensión que se desenvuelve siempre en un plano intermedio entre la superficie y la realidad, la primera de ellas ocupada por un mundo de rostros que son, como los de casi todos nosotros, pura máscara, todo apariencia, y la segunda por seres tan desnudos de todo y tan maravillosamente imperfectos que es difícil, al menos para mí, tolerar a veces la intensa emoción que producen. Y en una y otra, superficie y realidad, lo que Santi ve y dibuja a todas horas son víctimas que están expresando, a través de esa línea sutil con la que se describe y los describe, sus necesidades menos reconocidas y más sofocadas.
Decía Rilke que la belleza es tan sólo una forma mitigada de lo horrible, lo que a juicio de algunos radicales la convertiría en simple. Y, sin embargo, este moralista sin moral de la mirada que es nuestro protagonista transmuta esa violencia de lo innombrable que todos acumulamos en nuestro interior en belleza a base de hacer que el dibujo, menos dado a caer en el error que la palabra, describa lo que precisamente el lenguaje hablado sólo podría sugerir o hacer imaginar por alusión: esas zonas tan ontológicamente oscuras, y a la vez tan extraordinarias, que nos sitúan al borde del vértigo.
Quizá es por ello que he sentido siempre la obra de Sequeiros como una de las pocas de las que me puedo considerar verdaderamente contemporáneo, en tanto en cuanto hurga en la nada con tan pasmosa facilidad como peligro, y sin más compromiso que el que firmó hace tiempo consigo mismo para llegar al final del tránsito que es toda existencia –y a eso, como tantos otros, yo también aspiro- habiendo gozado de los mayores instantes de verdad posibles.
A través de su obra, exorcizo mis derrotas, mis desilusiones, mis confusiones todas, o mis debilidades, como hijo de una sociedad que trata de condicionar cualquier reacción que ella como tal no haya engendrado. Él, a su vez, hace todo lo posible por desaparecer tras su propia leyenda -en la que, como yo mismo haría, no faltan a ratos tintes exhibicionistas-, y me lo posibilita con sus apuntes sobre el espíritu de nuestro mundo, sobre el ser último de nuestro mundo. Unos apuntes que no se imponen en ningún momento a nuestra atención como no nos impone a los que le queremos, y le hemos visto arder en llamas, ninguno de los aspectos de su persona en permanente disputa por reconciliarse o, cuando menos, en mantenerse en equilibrio.
Su estética y su ética están basadas únicamente en una concepción de la lealtad personal (de él para con su poliédrica circunstancia, de él para con sus amigos, de él para con los espectadores de su obra…) que, si se acepta, nos puede abrir la puerta a ese lugar del espíritu, del que André Breton imaginó un día su existencia, en “donde la vida y la muerte, lo real y lo imaginario, el pasado y el futuro, lo comunicable y lo incomunicable, lo alto y lo bajo, dejan de percibirse como elementos contradictorios”.
Felipe Hernández Cava
JOSÉ Mª MARTÍN SAURÍ: ARTURO
La historia del rey Arturo, ha sido interpretada de mil y una maneras, tanto en la literatura, como en el cine o en el cómic. A partir del mito se ha ido elaborando variantes del tema a tratar situándolo en diferentes épocas, además de centrándose tanto en el tema de la ascensión de Arturo como rey, o los problemas que tuvo con su esposa Ginebra.
Casi tres décadas después, los autores de “La odisea”, J.M. Martín Sauri y Francisco Pérez Navarro, se reúnen de nuevo, para realizar su propia revisión de esta popular leyenda. En este caso, sitúan el comienzo en una guerra monárquica entre los reinos que habitaban en Gran Bretaña, mediante un acercamiento al personaje a la historia antes de la aparición de Arturo.
El conflicto estalla entre los reinos de Uther Pendragon y de Gorlois, de cuya mujer Ygraine, Uther esta profundamente enamorado y parece estar dispuesto a cualquier cosa con tal de que sea suya. Mediante una sucesión de capítulos, repletos de acción perfectamente retratada, podemos ver la evolución del conflicto hasta el nacimiento de Arturo, hijo de Uther Pendragon. Somos testigos una larga estancia de travesía de Merlín, alrededor del mundo, tras la cual vemos su regreso en los últimos días de vida de su hermano, Uther y pensando en su sucesión busca al hijo perdido. Posteriormente vemos el proceso de este joven hasta que alza la legendaria “Excalibur”, con la supervisión del mago.
Nos encontramos con una adaptación perfecta del mito y de las novelas que se han generado del mismo en especial las escritas por Sir Thomas Mallory, con una potencia grafica que no hace si no engrandecer la obra.
Francisco Pérez Navarro, demuestra su calidad narrativa una vez mas con el primer volumen de esta obra, teniendo bastante recorrido en el mundo de historieta, principalmente con sus guiones para “Superlópez” dibujados por Jan y por, la ya mencionada, “Odisea”. En cuanto al dibujo, Martín Sauri lleva más de cuarenta años dedicándose profesionalmente al mundillo y muestra una solidez y un dinamismo como nunca, con un cuidado excepcional de cada pagina.
Esta fiel obra no es más que el comienzo de una aventura que pretende abarcar la vida del rey, con todo lujo de detalles, como hemos podido ver a lo largo de este primer volumen. Solo queda esperar, que no tarde mucho en salir el siguiente.
ALFONSO ZAPICO: CAFÉ BUDAPEST
En el texto introductorio de “Café Budapest” podemos leer una comparativa entre la evolución de las incorporaciones de los autores al mundo del cómic. Mientras que hace veinte años se hacia mediante historias cortas en revistas especializadas, hoy en día, se realiza con novelas gráficas como la que hoy nos ocupa.
Alfonso Zapico, quien ya había publicado en Francia y colaborado con historias cortas en revistas juveniles y digitales, se introduce de lleno en el panorama del cómic español, como autor completo con “Café Budapest”, una ambiciosa obra acerca de un violinista judío que debido al poco trabajo y a la enfermedad de su madre, se ve obligado a emigrar a Jerusalén.
La historia comienza en 1947, cuando a Chazkel, le llega una invitación de su tío Yosef, para quedarse en su casa y trabajar con él en el “Café Budapest”. Tras un largo viaje, Chazkel llega con su madre a la ciudad sagrada y ve un mundo desconocido, que va a ir apreciando, especialmente a Yaiza, una joven árabe que hace repartos para el establecimiento. A medida que pasa el tiempo, la situación se va recrudeciendo entre las religiones predominantes y el papel de los ingleses en el conflicto, se va cuestionando.
Sin caer en tópicos, Zapico crea una obra estupenda, situando un relato en un momento tenso de la historia contemporánea: la creación del estado de Israel, sin adscribirse a ninguno de los “bandos”, y limitándose a contar como fueron evolucionando las relaciones de los personajes que protagonizan la obra. Utiliza muchos elementos que le ofrece la situación como la función de Inglaterra en el conflicto, los grupos radicales que hicieron estallar el enfrenamiento y especialmente, la proximidad temporal a la shoah, como prefiere el cineasta Claude Lanzmann referirse al holocausto.
El autor aprovecha un gran conocimiento de este momento histórico en la que sitúa la narración y lo utiliza para reflexionar aprovechándose de su calidad narrativa. En cuanto a su dibujo, muestra una gran influencia de artistas como Sempé, mediante unos personajes que recuerdan a las ilustraciones del francés en “El pequeño Nicolás”.
Con un nombre ya conocido en Francia por el álbum “La guerra del profesor Bertenev” y su participación en “Un jour de mai”, en el año 2008, publica en nuestro país “Café Budapest”. Esta ambiciosa obra, resulta interesante no solo por su calidad, si no también, porque abarca un tema que sigue repercutiendo en la actualidad.
Para más información sobre horarios de firmas, autores invitados, actividades varias y todo lo relacionado con el XIII Expocómic, sólo tenéis que pinchar sobre el enlace (o imagen) que encontraréis en la columna de la derecha de este blog o aquí.
Un saludo cordial.
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