“El caballero” es la primera entrega de una novela en dos volúmenes, una bilogía llamada “El caballero mago” de Gene Wolfe, en la Editorial Minotauro. Es la primera vez que veo esto porque, hasta ahora, en la fantasía épica primaban las trilogías.
El joven Able quiere ser caballero y como tal se comporta: no miente, cumple su palabra y protege a los débiles. Ha perdido la memoria, no recuerda con claridad su pasado pero sabe que hay “algo” anterior y que ha aperecido en este mundo proveniente de ¿dónde?
Ha jurado lealtad y amor eterno a la reina de los elfos que sólo irá con él si consigue la espada llamada “Eterna”. Su honor y el deseo de conseguir a “Eterna” hace que se encadenen de forma continua y trepidante sus aventuras.
Presenta un mundo de tipo medieval con caballeros honorables, con justas y torneos en los que participar, llamado Mythgarthr.
Hay otros mundos con los que podemos comunicarnos. Con el mundo de los elfos a través de cuevas, bosques o bien lagos profundos. Es un mundo al que se desciende, por disposición física, sin connotaciones negativas. Su reina es la amada de nuestro caballero Able.
Hay otro mundo más inferior, el de los dragones, al que es difícil acceder. El mundo superior, el cielo, donde hay un castillo entre las nubes, es la meta de nuestro héroe.
Sabemos que hay otros mundos pero conocemos muy poco de ellos. El caballero puede pasar de un reino a otro con bastante facilidad lo que da a la historia momentos surrealistas porque se rompe el ritmo de narración y de lectura rompiendo los esquemas mentales del lector. La fantasía del autor se desborda en mundos submarinos o en torres elevadas hasta el cielo.
Aparecen seres muy variados. Empecemos por los elfos: me llama la atención que sean menudos, de la tierra y bastante desvergonzados. Colaboran con los humanos por diversión y si se complican las cosas, se trasladan a su mundo.
Hay ogros y gigantes, personajes malvados pero a los Able trata como seres inteligentes no como animales. Surgen muchos personajes a lo largo de las aventuras que ofrecen sus lealtad y cariño al joven Able por su buen corazón y valía.
A lo largo de la novela, hay notas que nos llevan al mundo de la mitología nórdica como puede ser una jauría a las órdenes de un gran caballero tuerto montado en un potro de ocho patas. Investigad quién puede ser: yo no os lo digo.
Otra nota ha considerar es el propio comportamiento de los elfos. Siguiendo los pasos del folklore popular inglés, viven en colinas, en las profundidades, en plena comunión con la naturaleza, aparecen, desaparecen, molestan a los humanos, y su comportamiento es más de duendes que de formales elfos.
La pérdida de la memoria del héroe se da en otras obras de este autor: “Soldado de la niebla” y “Soldado de Areté”, y parece ser característica de su obra, pero creo que es un buen recurso: partir de cero, no extrañarse de lo sobrenatural y tener buen contacto con lo mágico. Lo que da pie al autor para mostrar mundos fantásticos de forma muy natural.
Me gusta la descripción de los castillos, como se desarrolla la vida en ellos, las justas y torneos. Es muy buena la etapa del caballero en alta mar. Pero lo más original y valioso, y lo que más me gusta, es el paso de un mundo a otro.
Bien, el desenlace se logrará en el siguiente volumen: “El mago”...
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