¡Hola a todos! Empiezo diciendo que soy una persona que le encantan las reuniones, los cumpleaños, las celebraciones con los amigos y familia, así que ayer fue un magnífico día pues celebramos un gran acontecimiento, ¡el 50 cumpleaños de Astérix y de Obélix! Pues sí, nuestros irreductibles galos ya han llegado a una bonita edad.
Lo bueno de los personajes de cómic es que no envejecen, que continúan con sus aventuras, sus vivencias y sus críticas. Es lo bueno para que estas historias pasen de generación en generación. Los que se iniciaron en la lectura y en apreciar al cómic, lo pueden transmitir a sus hijos y, por qué no, a sus nietos.
Como ya nos dice Astérix en el prólogo, hubo un momento crítico en su vida pero, mal que pesara o siga pesando, se rehizo gracias al apoyo y a la ayuda de la gente sencilla que creía en sus aventuras y en el arte del cómic para mejorar su vida. Anne Goscinny, hija del desaparecido René, da las gracias a Astérix por seguir adelante, a Albert Uderzo por conseguirlo, por mirar al futuro, y a todos los lectores por su fidelidad.
Nos sorprende un poco los inicios de la historia, porque esperamos un álbum normal, clásico con una historia lineal que nos contara cómo se celebra este aniversario en el pueblecito galo. Pues no. Se inicia con la realidad de que han pasado cincuenta años y estamos en el año 1 d.C. ¿Qué ocurriría si los personajes cumplieran años de verdad y cambiaran? La primera parte plasma precisamente eso. Las construcciones del pueblo están dañadas, los hijos han tomado el relevo a sus padres en los negocios, todos son ancianos de pelo blanco, desdentados, sorditos, excepto Edadepédrix que es incombustible. Se reúnen para beber y contar “batallitas”. Astérix vive rodeado de sus nietos, lo que implica que se casó, pero Obélix vive solo con Idéfix y su gran pesar es que sólo puede comer garbanzos. Cuando ya nos hemos sorprendido de la nueva vida de nuestros héroes vemos que todo ha sido un sueño de lo que podría suceder. Bien, un sueño no, una pesadilla, según Obélix, que ¡no podía comer jabalíes!
A partir de aquí, ya en el momento que toca, acudimos a la reunión de los vecinos del pueblo y de los amigos que vienen de lejos, convocada por el jefe Abraracúrcix para decidir qué regalo hacerles. Empieza tomando la palabra la esposa de Edadepédrix que propone unos vestidos apropiados para la ocasión. Tomando como modelo la apostura y natural elegancia de Obélix, vemos muy buenos diseños, al tiempo que se homenajea a Franquin con el diseño de Astérix.
El cartero Filatélix tiene mucho trabajo con el reparto de cartas y mensajes para los dos amigos. Hay un mensaje, grabado en mármol rosa que emociona especialmente a Obélix. ¿ Suponéis de quién será? También de Alejandría llega un mensaje. Es el arquitecto Numerobis (“Astérix y Cleopatra”) que les felicita y les da cuenta de sus trabajos. Llega otro muy interesante. Es un mensaje del océano: ¡incluso sus principales víctimas a lo largo de sus aventuras, los piratas, les felicitan! Por supuesto en una elocuente escena de naufragio, faltaría más.
Edadepédrix, celosillo tal vez, no les considera grandes héroes ni grandes hombres. Nos hace una cuidadosa disertación sobre sus fallos, tanto físicos como morales. Nos da posibles soluciones para que tengan un cuerpo de proporciones perfectas, en un homenaje a Leonardo da Vinci.
No podía faltar nuestro amigo el fenicio Espigademaíz proponiéndoles un viaje, con una magnífica guía que les gustará: ¡la Guía Coquelus! que si recordáis es un gran comerciante de ruedas del álbum “La vuelta a la Galia”, en clara referencia a “La guía Michelin”. Tomando diversas viñetas, la mayoría de éste álbum, les ilustrará sobre rutas, hospedajes y les dará buenos consejos para no perderse nada.
Al buen bardo Asurancetúrix le parece que un viaje sin música no es nada, así que les dedicará varios estuches de sus partituras. “Vía romana” dedicado a Astérix es un claro homenaje a los Beatles.
La insigne Karabella, primera dama del irreductible pueblecito, no está convencida de todas estas propuestas y convoca a las galas a una taza de leche de cabra para tratar el asunto. Propone que lo mejor será casarlos. Falbalá (“Astérix legionario”) reconoce que Obélix sólo tendrá ojos para ella, Magistra (“La rosa y la espada”) opina que deberán ser mujeres fuertes que ordenen sus vidas y la romántica jovencita Zaza (“El regalo del César”) cree en una hermosa boda para Astérix. Karabella, mujer realista y práctica ante todo, imagina diversas situaciones para el matrimonio de nuestros héroes y claudica porque no cree que hayan nacido aún las mujeres que les podrían aguantar. De todos modos Falbalá propone un ideal de imagen en claro homenaje a Leonardo da Vinci.
En la plaza los hombres siguen pensando. El arquitecto Anguloagudus (“La residencia de los dioses”) propone un singular regalo: un parque de atracciones, tanto acuáticas como terrestres que sean del gusto de Astérix y Obélix. Las viñetas de las clases del “deslizamiento sobre nieve” de Obélix son sumamente graciosas. Esto es una clara referencia al Parque Temático de Astérix y Obélix que está en Plailly, a unos 30 km de Paris, de gran éxito nacional e internacional.
La presencia de la ciencia no podía faltar. Para eso está el amable y guasón druida Setentaisix amigo de Panorámix (“Astérix y los godos”) que les propone una nueva poción mágica, renovada y mejorada, muy completa.
Rechazando todas estas sugerencias el gran actor y dramaturgo Sarabernardus (“Astérix y el caldero”) propone un teatro como nunca se ha visto. Explica sus ideas y cómo será ese gran teatro y esa obra a la que podrá acudir todo el pueblo y ver como nunca sus aventuras. Un teatro con unos toques muy novedosos. Mete baza el Adivino que opina que están destinados al Arte con mayúsculas. Y en una gran visión ve que se les dedicará un museo. En esta visión Uderzo realiza interpretaciones de grandes obras de artistas famosos como Rodin, Delacroix, Munch, Monet o David.
A todo esto también la reina Cleopatra acude al aniversario y exige a Julio César que les envíe un regalo. Éste accede pero es un regalo engañoso. Menos mal que el druida Panorámix sigue teniendo buen olfato y mucha previsión. Estas viñetas con los romanos siguen la línea de todas sus aventuras y son excelentes.
Finalmente todos los amigos e invitados se reúnen para darles a Astérix y a Obélix su gran sorpresa...
He ido nombrando a los principales protagonistas que intervienen pero llegan amigos de todos los confines y de todos los álbumes: Gudúrix, el sobrino del jefe, el faquir Ahivá, Falbalá y Tragicómix, los inefables piratas, el intendente Terminus, el joven Pepe, el legionario Claudius Mulus, el primo Buentorax, los amigos belgas y tantos otros que nos han ido acompañando a lo largo de tantos viajes y aventuras.
Por último querría llamaros la atención sobre la portada del álbum pues es digna de mención. No es sólo una manera de celebrar este magno acontecimiento. Vemos una magnífica escultura de oro con Astérix sobre unos libros como símbolo de su inteligencia y astucia y también apoyado en su espada, como buen guerrero que es. Obélix no desmerece. Su actitud imperiosa reclamando su trofeo, nos muestra lo mejor de Obélix. Pero toda esta magnificencia y ampulosidad queda compensada por la verdadera actitud de nuestros héroes: risas y cachondeo. Porque Astérix y Obélix son personajes cercanos, sencillos, sensatos que tanta tontería oficial, estatuas y demás no les gusta: prefieren una buena celebración con los amigos.
Y eso es lo que hacemos con “El aniversario de Astérix y Obélix: El libro de oro”, publicado por la Editorial Salvat. Todos sus admiradores, todos sus amigos, todos sus seguidores, todos sus incondicionales, celebramos juntos este especial aniversario. Así que todos a una: ¡Feliz cumpleaños Astérix, Feliz cumpleaños Obélix!
¡Y con la alegría de esta fiesta un saludo y hasta pronto!
2 comentarios:
Detalle, aparte del homenaje a Abbey Road, tambien estan "this is Madness" y "Thriller" :)
¡Por Tutanis! Lo de "Thriller" se me había pasado :)
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