Arthur Rackham nació el 19 de septiembre de 1867 en Londres en una familia de doce hijos. A los 18 años entró como oficinista en la oficina de seguros Westminster Office al tiempo que desde 1884 y hasta 1891 asiste a clases en la Escuela de Arte Lambet pues empezó ya de muy niño a dibujar. En 1892 dejó su trabajo de oficinista y empezó a colaborar, como reportero e ilustrador en The Westminster Budget. Se inició así su ingente actividad como ilustrador de libros donde puso de manifiesto su gran imaginación, llegando a ilustrar a lo largo de su vida unas sesenta obras.
En 1900 publicó “Cuentos de hadas” de los Hermanos Grimm, con el que tuvo un gran éxito. Se casó en 1903 con Edyth Starkie con quien tuvo a su hija Bárbara. En 1905 la edición limitada de la obra de Washington Irving “Rip Van Winkle” hizo que fuera conocido en América. Gana una Medalla de Oro en la Exposición Internacional de Milán de 1906 y otra en la Exposición Internacional de Barcelona en 1911. En 1908 entró a formar parte, como miembro de pleno derecho, de la Real Sociedad de Pintores de Acuarela. Sus trabajos fueron expuestos en numerosas exhibiciones, incluyendo una en el Louvre de Paris en 1914. Muere el 6 de septiembre de1939 en su casa de Limpsfield, Surrey (Gran Bretaña).
Rackham supo aprovechar la evolución de los nuevos métodos de impresión que se estaban iniciando a finales del siglo XIX. Eran los procesos de grabados fotomecánicos que se imponían a la antigua técnica de grabado en madera y así él también evolucionó con las nuevas técnicas del siglo XX. Ilustró numerosos libros infantiles como “Cuentos de hadas irlandeses”, “Cuentos de hadas ingleses”, “Cuentos” de Hans Christian Andersen, “Peter Pan” de Jamie Barrie, “Alicia en el País de las Maravillas” de Lewis Carroll, “El viento entre los sauces” de Kenneth Grahame, “Fábulas” de Esopo, o bien obras para adultos como “Cuentos” y “Sueño de una noche de verano” de Willian Shakespeare, “El anillo de los Nibelungos”, “Canción de Navidad “ de Charles Dickens, “El libro de las Maravillas”, “Los viajes de Gulliver” de Jonathan Swift, obras de John Milton o relatos de Edgar Allan Poe.
Supo representar la Fantasía de forma admirable con un estilo por el gusto por la línea y el cuidado de los detalles, uniendo la finura y delicadeza de sus hadas con el realismo de objetos y gran precisión en el trato de la naturaleza y los rasgos exagerados y caricaturescos cuando son necesarios, desarrollados en sus años de reportero gráfico. En plena época victoriana, influenciado por las nuevas corrientes artísticas, como el Modernismo, adquiere un estilo propio y muy reconocible, y abrió camino a muchos nuevos ilustradores.
Supo representar la Fantasía de forma admirable con un estilo por el gusto por la línea y el cuidado de los detalles, uniendo la finura y delicadeza de sus hadas con el realismo de objetos y gran precisión en el trato de la naturaleza y los rasgos exagerados y caricaturescos cuando son necesarios, desarrollados en sus años de reportero gráfico. En plena época victoriana, influenciado por las nuevas corrientes artísticas, como el Modernismo, adquiere un estilo propio y muy reconocible, y abrió camino a muchos nuevos ilustradores.
Los cuentos de Andersen siempre han sido unos de mis favoritos pues tienen la fantasía de los cuentos de hadas, el encanto de los cuentos populares y el realismo de los actos cotidianos, objetos o juguetes que gusta a los niños. Yo tenía una edición seria, de mayores, sin ilustraciones, donde sólo destacaban los propios cuentos y otros relatos, así que cuando vi “Cuentos de Andersen”, ilustrados por Arthur Rackham de la Editorial Juventud, fue un arrebato irrefrenable y… ¡hala, pa casa! La Editorial Juventud fue fundada en 1923 por José Zendrera Fecha y desde sus inicios se especializó en libros infantiles y juveniles, publicando en 1933 este libro que os comento y no ha dejado de editarlo para gozo y alegría de muchos.
En estos “Cuentos” de Andersen encontramos una bonita selección de sus narraciones como “El patito feo”, “La reina de las nieves”, “El cerro de los duendes”, “La caja de yesca”, “La fosforerita”, “La sirenita” o “El traje nuevo del emperador”. Tenemos una graciosa caricatura-autorretrato de Arthur Rackham en la figura de un trabajador pajarillo con un patito que observa su obra.
En estos “Cuentos” de Andersen encontramos una bonita selección de sus narraciones como “El patito feo”, “La reina de las nieves”, “El cerro de los duendes”, “La caja de yesca”, “La fosforerita”, “La sirenita” o “El traje nuevo del emperador”. Tenemos una graciosa caricatura-autorretrato de Arthur Rackham en la figura de un trabajador pajarillo con un patito que observa su obra.
“El patito feo” queda ilustrado por unos realistas patos y patitos. Tienen una viveza tal que sus trazos son como bocetos del natural. Contrasta vivamente con las siluetas recortadas en negro, como sombras chinescas, de los niños a orillas del lago.
En “La reina de la nieve”, cuento más largo que nos narra las aventuras de Kay y Gerda, Rackham presenta uno duendes surrealistas, que rozan lo abstracto, una escena idílica de Kay y Gerda en el jardín, de gran delicadeza y ternura, junto con escenas donde se observa su gran destreza para acercarnos a la Naturaleza y la picardía de personajes caricaturizados como brujas y duendes.
“El cerro de los duendes” tiene una completa galería de estos seres, de diversas formas y matices: la delicadeza de las hadas y hechiceras, la fealdad de trasgos y los rasgos extremos de otros seres.
“La caja de yesca” nos cuenta los problemas de un joven soldado y cómo mejoró su vida gracias a su arrojo y valentía. Rackham lo muestra discutiendo con la bruja a los pies de un gran árbol.
Nos presenta “La fosforerita”, cuento de Navidad, sensible y trágico, en una ilustración en la que contrasta la luz y el color, lo maravilloso, con la pobre niña.
Volvemos a encontrar en “La sirenita” las ilustraciones de siluetas en negro sobre fondo blanco. Nos presenta el fondo del mar en un gran juego de contraste. En otra original ilustración, serán las figuras blancas y las olas del mar las que destacan en un fondo negro.
“El nuevo traje del emperador” nos señala la tontería humana y que los niños son los que ven y dicen la verdad, como queda reflejado en su ilustración. Vemos un amplio abanico de caracteres humanos y la maestría de Rackham en los detalles y en el trazo realista.
En este libro “Cuentos de Andersen” encontramos el resumen de la obra de Rackham: su maestría con las líneas y la finura del color, la delicadeza en el tratamiento de los niños y los seres élficos, el naturalismo y realismo en los personajes, sus dotes de caricaturista, la maravilla del tratamiento de la naturaleza, lo arriesgado en el tratamiento de las siluetas en negro y en la abstracción que consigue en algunos casos. Es un libro para tenerlo en lugar preferente y mirarlo a menudo.
Ya conocemos algo más a Arthur Rackham, gran ilustrador de otros tiempos que nos ha acercado más a Fantasía y cuya obra no olvidamos. Saludos y hasta pronto.
Ya conocemos algo más a Arthur Rackham, gran ilustrador de otros tiempos que nos ha acercado más a Fantasía y cuya obra no olvidamos. Saludos y hasta pronto.
2 comentarios:
Hola. Este post ha sido una grata sorpresa. Uno de mis libros de la niñez más queridos y que guardo hasta ahora, es Cuentos de Andersen, ilustrado por Arthur Rackham. Sus cuentos e ilustraciones me han acompañado todo este tiempo. El libro regalado y dedicado por mi abuela, para mi cumpleaños número nueve, (Edit. Juventud, edición especial para Librería Renacimiento, Barcelona, 1970) Es maravilloso releerlos cada cierto tiempo, lindo encontrarme con la vida del dibujante, todo es mucho más de lo que uno imagina. Gracias.
Gracias a tí Galatea por leernos. Siempre es bonito reencontrarse con los buenos recuerdos de la infancia y si además es con este gran dibujante, mejor. ¡A disfrutarlo con alegría!
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