A mediados de los años 80 se incorpora a la revista Cimoc (Norma editorial) Toni Garcés (Barcelona, 1950), proveniente del mundo de la ilustración de libros, de la publicidad y del diseño gráfico. Sus primeros trabajos en el cómic habían aparecido en el fanzine Zero, donde fue, entre otros, compañero de J.M. Beroy, P. Ferry o M. Prado.
Estas primeras historias eran cortas, en blanco y negro, con la ayuda de tramas grises para fondos y sombreados, casi siempre con un toque de humor, aunque con un marcado matiz irónico. Ya entonces marcaron la tendencia que siguió en el resto de su carrera en el cómic. No se podía decir que pertenecieran estrictamente al género de la ciencia ficción, porque, aunque la estética era futurista y aparecían robots, seres alienígenas, mutantes, coches voladores, zepelines y toda clase de ingenios bio-mecánicos, el resultado parecía haber salido de una pesadilla psicodélica y tenía mucho más de fantástico que de posible. Un mundo cercano al que nos describirá, 15 años más tarde, China Miéville en su novela “La estación de la calle Perdido”.
Su forma de dibujar estaba absolutamente fuera de lo académico: personajes deformes, con cicatrices o implantes mecánicos, con rostros arrugados, manos y bocas retorcidas. Con, casi siempre, un punto de fealdad para el género masculino, dibuja, sin embargo, bajo los patrones de la normalidad física a sus mujeres, por lo general atractivas y voluptuosas.
Incluso la firma, que aparecía en sus dibujos, escapaba a lo que yo había leído hasta entonces. Cambiaba casi todas las letras de su apellido, Garcés, por números: 624C35, terminando este último número con la parte superior muy alargada, y con acento en el 3.
Con guión de Enrique S. Abulí dibuja “Demasiado Humano” (serializada en Cimoc y, posteriormente, en álbum: Col. El Muro nº 3, con prólogo de J.M. Beroy), su primera historia larga que cuenta las aventuras de un robot mayordomo demasiado fiel a su amo en continua huida por no pagar sus deudas. Robot 3015 se verá enjuiciado por la acusación de vulnerar la primera de las leyes de la robótica: no causar daño a los seres humanos.
Se pasa al color, con muy buen resultado, en la aventura “Ú, la grieta móvil” (Cimoc Extra Color nº 73, también previo paso por la revista).
Relato con guión propio, en el que crea un mundo fantástico dividido en dos por una enorme barrera insalvable que impide que las gentes, pero también la radiación de la parte sur, lleguen al Norte Profundo. Sólo a través de una grieta de la muralla, Ú, se puede pasar de una parte a la otra. La aventura se sitúa en una época (los ciclos duran varios años) en que la muralla está casi en el punto máximo de dilatación y la grieta se está estrechando.
Es una lástima que Garcés tuviera que ceñirse a las cuarenta y cuatro páginas. Llegando a las sesenta y cuatro o con una segunda parte se podrían haber explotado más aún las posibilidades tanto de este universo tan particular como de sus personajes.
Sería en la editorial Complot donde se recogerían parte de sus historias cortas aparecidas en Zero y Cimoc, con el título “Museum”, colección Misión Imposible nº 18 (no confundir con el cómic del mismo título de Fernando De Felipe, ed. Glénat), con prólogo firmado por su amigo Pasqual Ferry.
En la solapa de “Museum” se hace referencia a otra obra suya, Lavinia 2092, que apareció en el Diari de Barcelona entre 1988 y 1989, pero que desconozco si llegó a editarse alguna vez en álbum.
Su estilo resultaría perfecto para realizar las portadas de la editorial Ultramar en su colección Grandes éxitos enfocada a novelas de ciencia ficción y de fantasía, dibujando un centenar al menos entre 1983 y 1991. Yo he leído un buen montón de estas novelas y estaría faltando a la verdad si dijera que me gustaron todas las portadas de Garcés, pero sí muchísimas de ellas. Aquí os dejo una pequeña muestra de algunas de mis favoritas.
Nos hubiera gustado titular el post con otro título: “Los primeros trabajos de Toni Garcés”, señal de que todavía continuaría en activo en el mundillo de la historieta y seguiríamos disfrutando de su enorme imaginación.
En definitiva, su bibliografía, que también llegó a lectores de Europa (Francia, Italia, Holanda, etc.) es corta pero intensa; nos sabe a poco, pero ya se sabe: “lo bueno si breve…”.
7 comentarios:
Muy grande, Toni Garcés. Yo también eché de menos más páginas o una continuación en Ú, la grita móvil, y cuando ya no salían tebeos suyos me consolaba con esas portadas de Ultramar...
Que bueno que recordéis a estos autores, toda una "generación perdida", como el propio de Felipe, tras la "crisis" que vino tras el "boom de los '80.
Que bonito y triste nombre “Generación Perdida”, y es que la desaparición de Toutain y el cierre de la revista Cimoc de Norma hizo muuucho daño.
¿Sabeis que el Garcés está preparando material nuevo para publicar?
Contestando a anónimo:
No tenemos noticias, de hecho aprovehando la presencia de Abulí firmando en el Saló de Barcelona tuve la oportunidad de preguntarle si sabía algo de Garcés pero él había perdido el contacto y desconocía si estaba en algún proyecto.
Sería una alegría que sacara algo nuevo.
poetiques imaginades de un dibuixan mandros. On es el poeta on es el dibuixan. Potser penjat dins de una lluna enamorada. Esperem que torni amb una empenta imaginativa.
Contestant a Boirina
Sembla que som uns quants que desitgem la tornada de Garcés.
Encara que pense que el deixar de publicar (que no se si de dibuixar) es menys per ser "mandros" que per la situació del cómic nacional de principis dels 90.
En Garcés acaba d'obrir un bloc propi. Feu-hi un cop d'ull
http://624c35.blogspot.com/
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