miércoles, julio 18, 2007

LOS HIJOS DE HÚRIN de J. R. R. Tolkien

Magnífica historia contada a la manera de los grandes poemas épicos de la antigüedad, publicada por la Editorial Minotauro. Hay honor, valor, destino cruel, amores difíciles, orgullo y lealtad, drama y muerte, tanto de amigos como enemigos y todo ello bajo la mirada maliciosa y terrible de Morgoth que en los Antiguos días quiso dominar el mundo.



Presenta costumbres antiguas (celtas y vikingas) como elevar túmulos a los muertos, pagar rescate por una muerte, dar nombre a las espadas o cambiar el nombre propio y de los lugares según los acontecimientos.

Elfos y Hombres luchan contra la Sombra. Los Elfos con prudencia y nobleza, los Hombres con pasión y valor pues sus cortas vidas deben ser aprovechadas al máximo. Las relaciones entre ambos pueblos son buenas pero ya existen ciertas diferencias marcadas por la duda plantada por Morgoth y la acción humana. El amor entre elfos y humanos no llega a buen fin, no son aconsejables, y la amistad tampoco da buenos frutos.



Es una composición magnífica: ves los paisajes, los sientes; los caminos te llevan; sufres con los pedregales y disfrutas de la sombra de los bosques.

Aparece el espíritu ecologista de Tolkien en boca del enano cuando critica a los hombres por codiciosos y derrochadores y que no pararán hasta destruir todas las plantas.



Los personajes son humanos, de carne y hueso, apasionados, luchadores, orgullosos y marcados por el destino. Los elfos se nos presentan como grandes señores, reyes majestuosos, representantes de la nobleza y la sabiduría. Los humanos luchan a su lado con valor y orgullo, mucho orgullo.



Turín, el personaje central, tiene un carácter reservado y brusco. A lo largo de su vida, el corazón se le endurecerá y ganará en orgullo y terquedad. Tiene una gran ambivalencia entre arranques de ira y de piedad. Su orgullo y tozudez lo llevan a malentendidos y a tomar decisiones precipitadas, siempre erróneas que perjudican a la familia, amigos o aliados: es la maldición de Morgoth a Húrin, su padre, que encadenado sufre viendo todas las desdichas de su linaje.

Turín lucha contra su destino, un destino oscuro y cruel, que llena de dudas su corazón y que le hace esperar cuándo debe elegir rápido o bien se precipita cuando debe reflexionar. El gran momento dramático se produce con respecto a su esposa Niënor. La discusión y replica de Blandir, la funesta reacción de Turín, se desencadenan con rapidez, decisión y gran fuerza dramática.



Como toda obra de Tolkien aparecen pocas mujeres pero decisivas en la historia. Mujeres orgullosas como su madre Morwen, mujeres valerosas como Aerin que ayuda a Morwen y mantiene su dignidad, mujeres sabias que aconsejan y protegen (Melian, reina elfa de Doriath), mujeres a quienes amar y compadecer, como Niënor, ya infeliz desde su infancia que sólo disfruta de felicidad unos pocos años.

Es una historia que llega al corazón: vibramos con la batalla del dragón, sufrimos con el joven Turín y sus acciones truncadas, su lucha y sus dudas, odiamos la negra mano de Morgoth que se complace en desbaratarle sus sueños e ideales.



J. R. R. Tolkien esboza esta historia bastante antes de publicar “El Señor de los Anillos” Quería escribir epopeyas de los días Antiguos. No se ha publicado hasta este año y se basa en su idea central y notas. Encontramos elementos que se citan o aparecen claramente en “El Señor de los Anillos”: la propia historia de los hijos de Húrin, en Rivendel; unas “raíces blancas y carnosas” (¿patatas?) que tanto gustarán a Sam o bien la araña que surge ya como representación de lo maligno (por cierto, da un toque de humor a la historia de "Los hijos de Húrin”). Al no acabar de organizarla, la estructura “chirría” un poco, se nota la mano ajena.

Esta publicación está ilustrada por Alan Lee, que realiza unas ilustraciones buenísimas tanto las de gran formato, en color, como las de encabezamiento de los distintos capítulos, a lápiz. Prefiero las de lápiz, me parece más autenticas.



Tiene además prefacio, introducción, apéndices, mapas… todo relacionado con la historia central. Es ya habitual en las obras póstumas de Tolkien. Es un acierto y un inconveniente. Un inconveniente porque se convierte en un estudio literario-filosófico de la obra y puede condicionar su lectura. Pero es un acierto porque se puede comprender mejor la historia y se conocen las intenciones del autor.

Os recomiendo que vayáis directamente a la lectura de la historia, a "Los hijos de Húrin”, y disfrutad de su acción, de su drama. ¡Qué importa cómo se pronuncie la lengua elfa o dónde se sitúe la gran ciudad! Nuestra imaginación y fantasía son más importantes.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Este tomaco se lo regalé a un amigo y estoy esperando que lo devore y me lo pase: ñam ñam!!!

Besitos

EduXavi dijo...

Y yo que creía que con la llegada de estos calores uno perdía el apetito... pero supongo que, tratándose de Sir J. R. R. Tolkien, a uno siempre le entra el hambre de repente.

Anónimo dijo...

Hungry -Reading- Heart?¿
Algo así era...¿no?

Besitos más

EduXavi dijo...

¿Bruce Springsteen?