Es curioso cómo el tiempo nos cambia la perspectiva, y mala cosa sería que no sucediera así. La primera vez que leí las Secret Wars fue hace más de dos décadas, estudiaba todavía EGB, y no creo que a nadie le extrañe si digo que a pesar de que ya entonces había voces que cuestionaban la calidad del título, me encantaron.
Es conveniente recordar que además de la magia propia de la mirada de un infante hay otras circunstancias que contribuyeron a aumentar mi entusiasmo, y es que tras el periodo de sequía marvelita que trajeron los últimos estertores de Surco y las pésimas ediciones de Bruguera, gracias a Forum/Planeta de Agostini por primera vez en bastante tiempo se podían seguir cómoda y tranquilamente un buen número de colecciones Marvel en España. En aquel contexto esta maxiserie -entonces novedoso formato- supuso de algún modo la consolidación de esa óptima situación editorial, ello por no hablar de que estábamos ante la mayor congregación de pijamas de colores desde la batalla final contra Korvac y, diablos, eso era emocionante.
La revisión del tebeo a tenor de la presente edición en dos libros en el marco del coleccionable de Panini tampoco es que me haya supuesto una enorme decepción. Simplemente hay que tener en cuenta que, aunque terminaría convirtiéndose en un bestseller, estamos ante un cómic que se concibió con la legítima pretensión de apuntalar el lanzamiento de una serie de figuras de acción.
Es cierto que tal vez cabía esperar algo más de Jim Shooter, un guionista de probada solvencia que ya nos había hecho disfrutar en otros títulos, sin ir más lejos en el de los Vengadores. En este sentido el comienzo de la maxi sí que resulta algo errático, con una sucesión de escaramuzas en la que la falta de iniciativa del bando del Capi es tal que resulta imposible hacer una sinopsis y no esbozar una sonrisa: en primer lugar, mientras discuten entre ellos sus rivales aprovechan para armarse y atacarlos por sorpresa; en una segunda acometida los de Muerte los pillan literalmente dormidos y les arrojan una montaña encima -genial momento, hablando de todo-, pero por si eso fuera poco, a partir de ahí los héroes siguen instalados en una inexplicable pasividad que les lleva a limitarse a contemplar como Galactus se prepara para hacer lo que mejor sabe hacer, dudando si deben o no detenerle. En fin, lo dicho.
Por suerte los villanos tienen sus objetivos más claros: derrotar a sus enemigos y ganar el premio que les ofrece el Todopoderoso. De hecho una de las mejores cosas de Secret Wars es que supuso una buena única oportunidad para echar un pequeño vistazo a la psique de los malos, y es que todavía faltaban algunos años para que pudiéramos disfrutar de series protagonizadas por los Thunderbolts o Venom, personaje por cierto cuya génesis está íntimamente ligada a este título.
Manejar un reparto tan grande y ser capaz de tratar de la manera adecuada a cada protagonista no debe ser fácil, y ciertamente el guionista sale bastante airoso de la empresa. No podía ser de otra forma siendo que, además de escritor, Shooter era entonces editor-jefe de la editorial.
Solo le pondría algún ‘pero’ a su Lobezno, un personaje que a aquellas alturas ya había experimentado una notable evolución a manos de Chris Claremont, y que aquí se nos presenta en un estado de irritación continuada propio de sus primeros tiempos que termina por resultar bastante tedioso.
Mención especial merece el papel de Muerte, que inevitablemente tiene su propia agenda y termina por convertirse en el catalizador de los mejores momentos del tebeo.
A modo de conclusión, Secret Wars sigue siendo un cómic que divierte y hasta nos deja algunos buenos momentos para la posteridad, bien por su emotividad o por su épica. Por otra parte es posible que Mike Zeck no estuviera aquí tan inspirado como en Captain America o en sus trabajos con el Punisher pero sigue haciendo una buena labor, lo que nos lleva a reflexionar una vez más sobre lo injusto de que su arte no llegara a obtener el reconocimiento que sí lograrían pocos años después algunos dibujantes influenciados por él de manera patente.
En cuanto a la edición, tenía bastante interés en esta en particular ya que en principio nos iba a brindar la ocasión de disfrutar de este tebeo sin las tramas de color a base de puntos propias de la época de su primera publicación, sin embargo al abrir los libros me he encontrado con que la reproducción adolece en ocasiones de una leve sensación como de desenfoque que me hace pensar si no hubiera valido más la pena el volumen unitario en tapa dura que publicó Forum hace unos años.
Por lo que se refiere a los extras, geniales las ilustraciones a tinta y las portadas descartadas pero de todo punto innecesario el anodino What If? incluido. Para eso tal vez hubiera sido mejor recopilar seis números USA en cada libro y complementarlos con las fichas de los protagonistas del Official Handbook of the Marvel Universe de la época.
2 comentarios:
DISCULPA QUE TE MOLESTE,PERO HE ESTADO HACIENDO UNA BÚSQUEDA Y NO HE LLEGADO A NADA.
ME OFRECEN UNA REPRODUCCIÓN, EDICIÓN DE OBSEQUIO, CREO QUE DE NORMA, DE LA ACTION COMICS #1, LA TAPA ES IGUAL A LAORIGINALPRACTICAMENTE,CON LA DIFERENCIA QUE EN LA PARTE DE ABAJO A LA IZQUIERDA FALTA UN HOMBRE COMO TOMÁNDOSE LA CABEZA Y ALLÍ HAY UN CUADRO QUE DICE QUE ES EJEMPLAR DE OBSEQUIO, PROHIBIDA SU VENTA, ETC.
PUEDES DARME ALGÚN DATO, INCLUSO QUE VALOR PUEDE TENER.
MUCHAS GRACIAS.
l.SALGADO (LEBTXARU@GMAIL.COM)
No estoy muy al tanto del mercado de segunda mano de números atrasados, pero por lo que comentas se trata de algún tipo de facsímil que no creo que tenga más valor que cualquier tebeo de la misma época en que se imprimió.
Tengo una reimpresión de un tebeo de los X-Men de los '80 que salía de regalo con una figura de acción, y no creo que me dieran por ella ni lo que cuesta hoy en día un tebeo de grapa.
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