martes, enero 08, 2008

EL HUMOR EN LA LITERATURA DE FANTASÍA

¿Es compatible el humor con la fantasía? ¿Puede tener rasgos de fantasía el humor? ¿Tiene sentido del humor la fantasía? He de reconocer que enmedio de batallas caballerescas, dragones furiosos o escurridizos elfos, no parece muy posible. Sin embargo, sí hay fantasía con humor y rasgos humorísticos en las grandes obras de fantasía. Pero tampoco es muy frecuente y, he de reconocerlo, como que no está bien visto.

Empezando por el gran J. R. R. Tolkien, "El hobbit" (Ediciones Minotauro) tiene, a lo largo de las aventuras de Bilbo, un toque humorístico muy inglés, con ese humor fino del que te das cuenta de repente y vuelves atrás para releerlo y disfrutarlo plenamente. Es divertida la escena de la discusión entre los trolls de cómo se han de comer a Bilbo y a los enanos. Y me resulta muy ocurrente y graciosa la entrada de los enanos, poco a poco, en casa de Beorn.

También en "El Señor de los Anillos", encontramos cierto humor y siempre representado por los alegres hobbits y sobre todo en Sam: los poemas en la taberna El pony trotador o los "pique-niques" de las ciénagas. Y el personaje de Tom Bombadil y sus estrafalarias canciones. En el libro "Las aventuras de Tombombadil" se recogen y amplían estas canciones o poemas humorísticos y desenfadados, por supuesto en referencia a los hobbits o al apropio Tom, como pueden ser "Las aventuras de Tom Bombadil" (que da título al libro), "El hombre de la luna se acostó tarde" o "El troll de piedra".

Siguiendo con los grandes, Andrzej Sapkowski recrea un mundo muy real y crítico con el nuestro donde la ironía y cierto humor negro también tiene su parte. Este rasgo se presenta a lo largo de sus novelas de la serie Geralt de Rivia. En concreto os diré que reí a carcajadas cuando el enano Yarpess reta al dragón en "Las fronteras de lo posible" dentro de "La espada del destino". El lenguaje fino y educado del caballero contrasta de tal manera con el del enano, que reconoce que es buen diplomático, que es francamente chocante.

El autor estadounidense Terry Brooks en la trilogía "El reino mágico de Landover" (Editorial Acervo), formada por "Reino mágico en venta... ¡Vendido!", "El unicornio negro" y "Mago en apuros", nos muestra el contraste de un reino fantástico visto con la mentalidad de un abogado del mundo real. Ya el reino de Landover es un poco "raro" y, junto con los malentendidos y las torpezas de Ben, se presentan situaciones ridículas y graciosas.

El traslado de James, profesor de Historia, a una Edad Media con dragones y magos presenta también situaciones caprichosas y divertidas. Son las novelas de Gordon R. Dickson, "La torre abominable" y "El caballero dragón", ambas publicadas por la Editorial Timun Mas, aunque en éstas la épica es más patente.

En estos dos últimos autores la originalidad y el humor viene marcado más por el contraste entre los mundos y el choque de mentalidad que por el humor propiamente dicho.

Hace poco ha aparecido el gran Bartimeo del autor Jonathan Stroud, un genio grosero, maleducado, cínico y fanfarrón pero de buen corazón y preocupado por su amo. Le sigue a regañadientes porque se siente frustado de que su amo sea un joven mago sin renombre, Nathaniel, de "ojos grandes, mejillas hundidas, vamos un chico escuchimizado" que es oportunista y quiere medrar. Bartimeo hará que se de cuenta que está equivocado en su manera de actuar. Los comentarios y críticas del genio, que es quién cuenta en primea persona las aventuras que les suceden, son irónicas, graciosas y con humor. Las notas a pie de página no tienen desperdicio. Sus aventuras se desarrollan en tres novelas, publicadas por la Editorial Montena: "El amuleto de Samarkanda", "El ojo del golem" y "La puerta de Ptolomeo".

En "El amuleto de Samarkanda" conocemos a Bartimeo, genio de primera categoría, invocado por un joven aprendiz de mago en Londres. Vemos una ciudad y una sociedad jerarquizada en magos y no-magos, en una Europa en guerra mágica contínua. Nathaniel le encarga el robo de un amuleto de gran poder y no sabe en que lío se va a meter.

Han pasado dos años y Nathaniel es ya un mago reconocido que trabaja en el Ministerio de Información e, incumpliendo su promesa, invoca de nuevo a Bartimeo en "El ojo del golem" pues ha sucedido un gran desastre en el centro de Londres y debe resolver lo sucedido.

En "La puerta de Ptolomeo", Nathaniel es ya Ministro de Información y tiene muy ocupado a Bartimeo hasta el punto que está atrapado en la Tierra y muy debilitado. Pero no lo puede liberar pues una gran revolución está en marcha.

Con Bartimeo correremos aventuras interesantes, trepidantes y, a veces, intrigantes y siempre muy sonadas, eso sí, bajo el punto de vista de un genio poco formal.

El gran autor de fantasía con humor es, sin lugar a dudas, el gran Terry Pratchett. Ha creado Mundodisco (todo él publicado por la Editorial Plaza & Janés y Debolsillo), un universo desquiciado, original, donde todo puede darse, donde los héroes son antihéroes ("Tiempos interesantes"), el bibliotecario es un eficaz orangután, las brujas se ocupan y preocupan por la Humanidad ("Brujerías", "Ritos iguales", "Brujas de viaje"); la Muerte toma un aprendiz para casar a su hija ("Mort"), se toman vacaciones para descansar ("El segador") y habla en MAYÚSCULAS; un dromedario, gran matemático, que calcula la hipérbole para dar las coces ("Pirómides"); un mago inoperante que sólo pretende sobrevivir y comer tres (o cuatro) veces al día ("El color de la magia", "Rechicero", "La luz fantástica") con Equipaje que sigue a su dueño y lo defiende con dientes y patas; una gran ciudad Ank-Morpork que tiene entidad por ella misma, una sociedad con gremios para todo, incluyendo ladrones y asesinos; una Universidad Invisible de Magia con unas promociones internas no siempre del todo pacíficas ni legales y, por supuesto, un mundo en que la Magia está presente, en realidad demasiado presente, y que muchas veces actúa por libre.

Terry Pratchett utiliza la ironía y el humor para presentar un mundo que es una caricatura del nuestro, una crítica a nuestra sociedad: ironiza sobre jefes y autoridades ("!Guardias! ¿Guardias?"), sobre la música y la rebeldía juvenil ("Soul music" donde se toca cierta música hecha con rocas), el cine ("Imágenes en acción"), la ópera ("Mascarada"), los fanatismos religiosos y la religiosidad mal entendida ("Dioses menores"), los prejuicios ("El país del fin del mundo") y las tradiciones ("Papá Puerco") y otros muchos temas. Parodia a los clásicos ("Pies de barro", "Eric") y presenta una visión poco amable de hadas y elfos, "¡donde esté una buena bruja!" ("Lores y Damas").

Aparecen multitud de personajes que entran y salen de las distintas novelas: el mago Ricenwind y el entrañable Equipaje, el bibliotecario orangután, la bruja Yaya Ceravieja, la guardia de la ciudad, la propia Muerte y siempre la presencia como ser aparte de la ciudad de Ank-Morpork.

Esto es lo que conozco, puede que hayan más situaciones en otras obras pero no creo que sean muchas más. El mundo de la fantasía, y más concretamente de la fantasía épica, no es un campo ni muy dado al humor ni propenso a él (aparte de las parodias surgidas a la sombra de otras obras). El humor no es un rasgo característico, ni siquiera secundario, y eso que "honor" y "humor" empiezan las dos por hache. El autor de fantasía humorística es por excelencia Terry Pratchett y, últimamente, se le ha añadido Jonathan Stroud con Bartimeo. Pero son casos muy concretos y recientes y, por lo mismo, excepcionales.

Ya estamos acostumbrados a lo grande, lo épico, lo serio. El buen humor es un soplo de frescura y alegría. Si con la fantasía ya tenemos mundos diferentes, añadiéndole el humor, una novela puede ser muy interesante y fuera de lo común.

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