lunes, junio 04, 2007

LOVELESS: VUELTA A CASA de Azzarello / Frusin


Loveless: Vuelta a casa
Guión: Brian Azzarello
Dibujo: Marcelo Frusin
9,95 euros. Editorial Planeta DeAgostini


Acabada la guerra civil que enfrentó a los Estados Unidos y a la Confederación (1861-1865), Wesley Cutter vuelve a casa en la pequeña ciudad de Blackwater, en Missouri.
La elección del lugar por Azzarello no es casual: estamos en un estado esclavista que decidió permanecer dentro de la Unión, a pesar de que muchos de sus habitantes eran partidarios de los confederados y por ello sirvieron con el Sur como voluntarios o formando milicias que atacaban a las tropas nordistas. O sea, al igual que sucedió en Virginia, estamos en un estado dividido entre los dos bandos.

El ejército del Norte ocupa Blackwater, un feudo sudista, pero sus métodos (incautar las tierras de los rebeldes, mancillar mujeres, emancipar negros o disparar a tullidos), no ayudan precisamente a la reconciliación.

Queda poco del hombre que dejó mujer y hacienda para ir a la guerra, pero ésta también ha dejado profunda huella en Blackwater y sus habitantes. La ciudad que encuentra Cutter está preñada de odios, entre los propios vecinos, odio a los yankees, a los colaboracionistas, a los que aceptan que la guerra ha terminado, y Azzarello añade a este cóctel de rencores un elemento más: el racismo, porque, aunque no todos los blancos poseían esclavos, eran contrarios a la abolición por aquello de que, aunque pobres e ignorantes, siempre serían mejores por ser miembros de una “raza superior”. El título, Loveless (sin amor) es una declaración de intenciones.

Éste es el primer trabajo al que me acerco de Marcelo Frusin, aunque sabía que había dibujado cosas de Hellblazer, y la verdad me ha gustado bastante el resultado. Con una narrativa muy cinematográfica, (y aunque sea por una vez hay que coincidir con la publicidad de la editorial), muy en la línea de los spaguetti western de Sergio Leone: el tempo lento de los duelos, los cruces de miradas, el enfoque centrado en la cara, los dientes apretados, las gotas de sudor resbalando por el rostro, los sombreros que ocultan miradas e intenciones, cuerpos cayendo como guiñapos al recibir un impacto, etc.

En Blackwater no deben contar con una barbería, porque casi todos los personajes parecen necesitar un afeitado y un buen corte de pelo.

El resultado gráfico está apoyado por el buen hacer de Patricia Mulvihill, la misma colorista de otra serie de Azzarello, 100 Balas.

Puestos a criticar algo, existe poca diferenciación entre algunos de los tipos que conforman las bandas de rebeldes, casi todos con barba o perilla. Y también, aunque esto no sabría decir si es cosa del dibujante o del guionista, el uso (más bien abuso) reiterado de uno o de los dos ojos ocultos por la sombra que causa el sombrero.

También me ha gustado, y no recuerdo haberlo visto antes en otro cómic, la forma de combinar presente con los flash-backs al coincidir el espacio pero no el tiempo, a base de mezclar narraciones con las imágenes diferenciadas por el color en la misma viñeta.

Una buena historia ha de contar con buenos personajes secundarios. Azzarello nos presenta uno por cada bando: el Coronel de la Unión, Silas Reed (físicamente se asemeja a un Clint Eastwood no muy joven), un buen militar con las manos atadas por la autoridad civil; Boyd Jonson por los rebeldes, tipo de pocos escrúpulos y gatillo fácil, y, finalmente, el liberto Atticus (el más interesante), la antítesis de Martin Luther King.

Relato con mucha violencia, y presencia constante de las armas: el revolver Colt modelo 1860 de 6 cartuchos y calibre 44 es el protagonista absoluto.

Western moderno también en el lenguaje, los insultos podrían servir igualmente en un barrio de Chicago de 100 balas (“cabro.., gilipoll.. mierd.., que te jod.., chupapoll..”) y en este apartado (y en otros) me quedo con los “hell, damned, chacal, good lord, etc.” que aparecen en la serie Blueberry. Llamadme carca, viejo o clásico, pero digamos que prefiero, con mucho, a John Ford que a Sergio Leone.


Terminado el primer volumen quedan muchos interrogantes sin resolver: la venganza particular de la Sra. Cutter, el período en el campo de prisioneros de Wes, o el por qué éste no es apreciado por muchos de sus antiguos vecinos, que desearían verle muerto, aunque sirvió con el Sur. Pudiera ser por las acciones de su hermano Jonny, personaje todavía en la sombra, que aparentemente tuvo claro qué parte sería la vencedora y, más por cálculo que por ideales, decidió ser partidario del Norte.

En definitiva, este cómic me atraía por la temática (western), por lo que ya había leído del guionista (soy seguidor de 100 Balas) y por ver el trabajo de un dibujante nuevo para mí. Aunque he leído cómics mucho mejores, ninguno de los tres aspectos me ha defraudado, y estaremos al acecho del próximo volumen.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues ya veremos hacia donde tira Azzarello en esta nueva serie, si hacia su más que normalita etapa en Hellblazer o hacia su interesante 100 balas. En un principio no esta siendo una serie para tirar cohetes, pero como acaba de empezar, habrá que ver como se va desarrollando la historia.
Y Giuseppe, aunque sea por poco, prefiero a Sergio Leone que a John Ford en los westerns, aunque como director Ford es uno de los grandes, y no haya color.

Unknown dijo...

Me lo compré en el Salón del Cómic, el día que fui con Iván. He de reconocer, que es de lo mejorcito que está publicando en estos momentos Vertigo.
Yo tengo preparada mi reseña para otro blog que voy preparando de cara al verano, cuando me vaya de vacaciones, y en que solo trato el cómic. Por ahora, escondido en la red, con visiones particulares y sin prisas.
Un saludo.
José Andrés

Anónimo dijo...

Saludos a Jose Andrés, me encantará leer tu reseña de Loveless o sea que por favor danos una señal cuando aparezca en ese otro blog misterioso y escondido.