Pecados Veniales 2
Dibujos de Arthur de Pins
Guiones de Maïa Mazaurette
Encuadernación: Rústica con grandes
solapas. Formato: 21 x 29,7 cm. Impreso en color, 96 páginas.
PVP: 15,50 €
Ya no hace falta que presentemos a Arthur de Pins. Ilustrador francés hiperactivo, se pasa el tiempo realizando animaciones, caricaturas, cómics, posters, etc. y trabaja principalmente como diseñador gráfico para todo tipo de medios (libros, revistas, campañas de televisión, etc.). Ya sabemos que en Dibbuks no somos los únicos fans de su dibujo y de su humor. Publicamos para el deleite de los lectores españoles Antikamasutra (o cómo vivir su sexualidad sin manuales, tres ediciones a la fecha), Di que no (o el arte de esquivar al sexo contrario), Zombillenium (o cómo fusionar Harry Potter y Monstruos S.A.), y dentro de poco, seguiremos con su nueva trilogía La marcha del cangrejo…
Con Pecados Veniales, nos reímos con cada viñeta. Hoy se reedita el primero a la vez que os descubrimos Pecados Veniales 2. La sexóloga Maïa Mazaurette acompaña una vez más al ilustrador en unas hilarantes páginas. Clara y Arthur siguen con sus peripecias, sus obsesiones y sus venganzas. Los amigos, el amor, el sexo, los celos, y… ¿el matrimonio? El consejo de la contraportada es de lo más elocuente: “Clara cambia de hombre como de bragas, pero para ella todo son artículos de deshecho. En el supermercado del ligue no se encuentran príncipes azules ni en las rebajas, sólo un montón de amantes. ¿Y si eso fuera lo mejor?”
Los tiburones de Rangiroa
Pedro Pérez Valiente
Encuadernación: Cartoné Formato: 22,5 x 30 cm. Impreso en color, 56 páginas
PVP: 14 €
Tankaroa es una tranquila isla de un pequeño archipiélago del Pacífico Sur. Es allí donde se encuentra el Paradise Beach Resort, un complejo de vacaciones en el que sus playas, sus paisajes y el surf son su principal atractivo. Pero un día las aguas cristalinas de sus playas empezaron a sufrir se manera extraña ataques de tiburón cada vez más frecuentes…
Pedro Pérez Valiente nos devuelve el sentido de la aventura al viejo estilo… ¡con sabor tropical!
Un saludo cordial.
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