Tan arriesgada como indispensable es esta apuesta de Diábolo Ediciones por el material de Steve Ditko anterior a la creación del personaje por el que terminaría siendo conocido a nivel mundial.
Siguiendo la edición americana de Fantagrafics, este Volumen 1 recoge los primeros trabajos publicados del Maestro cubriendo casi todo 1954. Se trata de un compendio de historias cortas de diferente procedencia editorial -aunque en su mayoría de Charlton Comics- que principalmente siguen la estela de la clase de relatos de horror con no pocas dosis de humor negro que popularizara E.C.: paradójicas fabulas autoconclusivas cuyos protagonistas, que ya de entrada constituyen un buen muestrario de los peores vicios de la condición humana con especial fijación con la avaricia, se ven envueltos en delirantes periplos de apenas unas pocas paginas de duración que siempre concluyen con un castigo ejemplar. El precio a pagar: sus vidas o sus almas inmortales.
Estos oscuros relatos cobran un interés añadido debido al hecho de que su gestación data de los meses inmediatamente anteriores a la aprobación del Comics Code, lo que se traduce en una absoluta libertad creativa que va a permitir al lector disfrutar de una serie de planchas que en sí mismas se erigen en ilustrativos ejemplos del tipo de imágenes que según las reglas del Code no se podría representar en un tebeo.
Pero además de lo estrictamente terrorífico el libro también incluye una pequeña muestra de las incursiones de Ditko en otros géneros como el romántico, el negro, el western o la ciencia-ficción, que en todos los casos se saldan con buenos resultados dando cuenta de la versatilidad de un autor muy, muy preocupado por hacer bien su trabajo. No creo que esto sorprenda a nadie que haya leído su Spiderman, un tebeo en el que no cuesta en absoluto encontrar pinceladas de los géneros anteriormente citados.
Respecto del arte de Ditko, en esta primera etapa ya hace gala de algunos de los rasgos que en los ‘60 definirían su trabajo alejándolo estilísticamente del de otros grandes de la época, por ejemplo su perfecta combinación de realismo de corte feista con surrealismo, altamente indicada para historias de la naturaleza de las que nos ocupan, y también la enorme expresividad de sus personajes o su habilidad para envolver al lector en atmósferas misteriosas y desasosegantes, da igual que se trate de casa encantadas, viejas librerías, sórdidos circos o de otros entornos a priori mas familiares y amigables.
Cuando al principio hablaba de lo arriesgado de la publicación de este estupendo material me refería a eso. Dejando de lado el rechazo que ya de por sí suscita en algunos lectores todo lo que huele a clásico, al menos Jack Kirby es apreciado por la grandeza y espectacularidad de su dibujo y Romita por su trazo sobrio y elegante fruto de su abundante producción en el ámbito del tebeo romántico. Frente ello Ditko es un dibujante de igual talento, pero tal vez menos accesible, menos comercial en definitiva.
Puede que eso explique la flagrante ausencia de material suyo publicado en España más allá de sus dos obras más conocidas, una injusticia histórica que la publicación de este volumen -y, esperemos, los siguientes- va a enmendar.
El precio puede parecer caro, pero la exquisita edición lo justifica y nos hace plantearnos lo bien que estaría poder disfrutar de su Doctor Strange en idénticas condiciones. O de la producción de E.C., ya puestos.
Hablando de la edición, destacar que la que nos ocupa se beneficia de una impresión perfecta y de calidad, pero a la vez y frente a los trabajos de remasterización que han acometido otras editoriales americanas, también del hecho de conservar el tipo de coloreado original, lo que embellece sumamente el resultado y nos garantiza un placentero viaje a los ’50 sin tener que renunciar a hacerlo en un asiento de primera. Ambas formulas tienen sus atractivos pero en este caso en particular la elección ha sido la más acertada.
Estas historias de suspense extraño no son plato para degustar en grandes cantidades y a lo mejor decepcionan a aquellos lectores acostumbrados a abrir un cómic y devorarlo de un tirón. Por el contrario, estamos ante una lectura apta para disfrutar como si de un buen vino se tratara, saboreando con intensidad cada pequeño sorbo, lo que hace este libro indicado para tenerlo junto al sillón de lectura o sobre la mesita de noche e ir dando cuenta poco a poco de los muchos placeres que nos ofrece.
1 comentario:
Unas historias que, siendo de otra época y de una manera de pensar y ver las cosas de forma diferente a la nuestra, tienen un regusto añejo correspondiente a una buena cosecha de buenos caldos, caldo de cultivo de una sociedad que iba evolucionando y avanzando a marchas forzadas, de una creatividad y libertad única y extraordinaria antes de que llegara el tan perjudicial e inclasificable Comics Code. A través de esta respetuosa y cuidada edición de Diábolo comparándola con la original, nos vamos dando cuenta que gracias y a raiz de estas obras el noveno arte ha ido evolucionando hacia lo que conocemos hoy en día y, sin ellas, posiblemente la Historia del Cómic se hubiera escrito de otra forma muy distinta.
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