Color. 5 euros
Con tantas novedades que se publican cada mes, cuando me acerco a mi librería de cómics habitual es con la idea clara de comprar uno o varios de esos títulos recién publicados. Después de hojear los ejemplares de mi interés e ir sumando mentalmente el importe a apoquinar en caja, la cosa deja de estar “tan clara” y la selección termina disminuyendo.
Pero uno parece no quedar del todo satisfecho si no repasa las estanterías de cómics que han salido hace más tiempo y qué mágico resulta el momento en el que encuentras algo que parece estar bien.
Si además es un cómic (vale también para un libro) que nadie te ha recomendado o del que no has leído ningún comentario, parece que estás descubriendo algo que se le ha pasado por alto al resto de mortales que acuden a esa tienda.
Exactamente esto es lo que me pasó cuando me hice con “Homocánido”, guionizada, dibujada y coloreada por Iñaqui G. Holgado.
Encontramos unos seres que pueden elegir transformarse en personas o en hombres lobo a voluntad, que a finales del siglo XIX deciden irse a residir a París, obligados por una industrialización salvaje que no les dejar vivir en los bosques donde ya no pueden permanecer ocultos al mundo en su forma de licántropo.
No se puede decir que sea una historia demasiado original, pero es interesante encontrar un marcado componente ecologista añadido a una narración digamos oscura o de terror, en la que el bien o el mal no se deben adjudicar a priori.
El dibujo de Holgado es a primera vista un poco engañoso, con un estilo amable y simpático que podría parecer que estamos ante una historia de lobitos y niños, para acabar encontrándonos ante una pesadilla de dientes y cuchillos.
Convincente recreación de un París de grandes monumentos, pero también de callejones oscuros y peligrosos. Ayuda a ello los colores aplicados en tonos apagados de marrones y verdes, como en las fotografías color sepia de principios del siglo XX.
Convincente recreación de un París de grandes monumentos, pero también de callejones oscuros y peligrosos. Ayuda a ello los colores aplicados en tonos apagados de marrones y verdes, como en las fotografías color sepia de principios del siglo XX.
Buenas maneras en las expresiones de los personajes y, sobre todo, en las escenas de acción, aunque parece compartir Holgado con Mike Mignola la poca afición a dibujarles los pies.
De regular calificaremos tan sólo el arranque de la historia, que se hace un poco pesado al insistir en dejarnos clara la época en la que se desarrolla.
Buscando alguna cosa más de este autor, del que no conocía nada más, descubro que tiene una página propia (www.holgado.blogspot.com), donde puede uno maravillarse ante las muestras de sus otros trabajos: la historia “Piztia Otzanak” en euskera en la revista Xabiroi, alguna cosilla en el magazine Spirou, y sobre todo el reciente lanzamiento en Francia de “Immobile”, el primer volumen de la serie “Muraille” con guión de Laboutique para Editions Paquet.
La Editorial Aleta ha incluido “Homocánido” en su colección “Balas Perdidas”, en la que realiza una encomiable labor de cantera del cómic nacional al dar oportunidad a autores españoles muy interesantes (Víctor Santos, Pedro Camello, Jordi Bayarri, Vicente Cifuentes, etc.), pero, parece ser, aún no “bastante consagrados” como para que las editoriales grandes apuesten por ellos.
Tres años después de su publicación vuelve a redistribuirse a las tiendas a partir del 26 de octubre, esperemos que con mejor suerte.
3 comentarios:
Buenas, me gustaría hacerte una propuesta. Escribeme a mario_adrian_dominguez@weblogstematicos.com
Un saludo!
Pues si que has estado misterioso con este post... La verdad es que el dibujo de la portada es de lo más sugerente. Si me lo dejas, prometo leerlo según tus normas.
Por cierto, el blog de Holgado es todo un descubrimiento.
No es que pretendiera ser "misterioso" con la trama de la historia, resultaba imprescindible decir que va de licantropos pero no me gusta leer en los post de los demas demasiado del argumento, y yo prefiero no dar muchas pistas.
Si al menos hay una persona que le ha llevado a querer leer el comic, ya me doy por satisfecho.
Lo de dejartelo, ya sabes que si.
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