Y mira por donde a veces la casualidad une a Hugo Pratt con Ángel de la Calle y una no puede menos que rendirse a la evidencia y ponerse a leer el fruto de esa unión en forma de libro editado por Dolmen Editorial: Hugo Pratt. La mano de Dios.
Un libro realmente interesante que llegó desde Avilés con un regalo sorpresa inesperado. Lo podéis compartir escuchando de fondo la “Marche pour la cérémonie des Turcs”, de Jean-Baptiste Lully, que forma parte de una de mis bandas sonoras favoritas, la de la película “Tous les matins du monde”, dirigida por Jordi Savall.
Un libro realmente interesante que llegó desde Avilés con un regalo sorpresa inesperado. Lo podéis compartir escuchando de fondo la “Marche pour la cérémonie des Turcs”, de Jean-Baptiste Lully, que forma parte de una de mis bandas sonoras favoritas, la de la película “Tous les matins du monde”, dirigida por Jordi Savall.
A Ángel de la Calle lo descubrí gracias a Modotti y ya entonces me gustó su particular forma de contar la vida de esta gran mujer utilizando los recursos del noveno arte.
De Hugo Pratt, ya conté alguna vez que forma parte de mi patrimonio mitológico particular desde que descubrí a Corto Maltés y mi hermano se encargó de proveerme del primer ejemplar de la mejor colección de aventuras jamás contadas.
De Hugo Pratt, ya conté alguna vez que forma parte de mi patrimonio mitológico particular desde que descubrí a Corto Maltés y mi hermano se encargó de proveerme del primer ejemplar de la mejor colección de aventuras jamás contadas.
De pequeño formato, como todos los de la Colección Viñetas, el libro responde a la admiración y el respeto que el propio autor siente por su protagonista. Es un “libro de carácter divulgativo”, como lo define el propio Ángel de la Calle, y su lectura es amena, aunque tiene también ese punto intermedio entre la teoría y el subjetivismo que francamente te atrae. Una puede leerlo de una tacada, atiborrándose de datos, o pausadamente, recreándose en las descripciones y mirando “con lupa” las páginas de las viñetas de personajes menos conocidos, o llegándose hasta la estantería para observar en los cómics de los cofres de Corto Maltés publicados en blanco y negro por Norma Editorial los desaguisados a que hace referencia el autor.
El libro está dividido en tres capítulos, incluyendo al final una bibliografía comentada sobre las ediciones de sus obras, así como sobre las biografías y libros de entrevistas fundamentales para conocer a Hugo Pratt.
En el primer capítulo, Ángel de la Calle va desgranando cronológicamente la vida de Hugo Pratt: su nacimiento en Rimini el 15 de junio de 1927, su infancia en Venecia, su adolescencia en la entonces colonia italiana de Abisinia, sus cómics americanos favoritos (Terry y los piratas, de Milton Caniff, El hombre enmascarado de Lee Falk y Ray Moore, los productos de la factoría Disney, Tim Tyler’s Luck, de Lyman Young), su amor por el dibujo desde sus primeros años o sus lecturas de clásicos de la literatura griega, anglosajona, italiana (Alejandro Dumas, Jack London, Edgar Wallace, R.L. Stevenson), las novelas de Zane Grey y las películas de Hollywood. Nos cuenta sus inicios como dibujante de cómics, tras regresar a Italia en 1943, sus contactos con los componentes de El grupo de Venecia o su marcha a Argentina; sus escapadas de impenitente viajero, más propias de un trepidante aventurero, fundamentales para su formación como artista y narrador; el papel que jugaron sus mujeres; las colaboraciones con Alberto Ongaro, Héctor Germán Oesterheld, Mino Milani o Milo Manara; su decisión de escribir sus propios guiones; la vuelta a Europa, su marcha a Francia en 1970, tras unos años en Italia, para iniciar su colaboración con la revista francesa Pif Gadget y comenzar a dibujar un nuevo personaje, un pirata simpático con un aro en la oreja izquierda, que le convirtiría en el autor de reconocido prestigio que todos conocemos. Todo eso y un montón de anécdotas que le sucedieron a Pratt hasta que emprendió su último viaje el 20 de agosto de 1995, no precisamente a los mares del sur (o sí, quien sabe).
En el primer capítulo, Ángel de la Calle va desgranando cronológicamente la vida de Hugo Pratt: su nacimiento en Rimini el 15 de junio de 1927, su infancia en Venecia, su adolescencia en la entonces colonia italiana de Abisinia, sus cómics americanos favoritos (Terry y los piratas, de Milton Caniff, El hombre enmascarado de Lee Falk y Ray Moore, los productos de la factoría Disney, Tim Tyler’s Luck, de Lyman Young), su amor por el dibujo desde sus primeros años o sus lecturas de clásicos de la literatura griega, anglosajona, italiana (Alejandro Dumas, Jack London, Edgar Wallace, R.L. Stevenson), las novelas de Zane Grey y las películas de Hollywood. Nos cuenta sus inicios como dibujante de cómics, tras regresar a Italia en 1943, sus contactos con los componentes de El grupo de Venecia o su marcha a Argentina; sus escapadas de impenitente viajero, más propias de un trepidante aventurero, fundamentales para su formación como artista y narrador; el papel que jugaron sus mujeres; las colaboraciones con Alberto Ongaro, Héctor Germán Oesterheld, Mino Milani o Milo Manara; su decisión de escribir sus propios guiones; la vuelta a Europa, su marcha a Francia en 1970, tras unos años en Italia, para iniciar su colaboración con la revista francesa Pif Gadget y comenzar a dibujar un nuevo personaje, un pirata simpático con un aro en la oreja izquierda, que le convirtiría en el autor de reconocido prestigio que todos conocemos. Todo eso y un montón de anécdotas que le sucedieron a Pratt hasta que emprendió su último viaje el 20 de agosto de 1995, no precisamente a los mares del sur (o sí, quien sabe).
Si en el primero se nos muestra un hombre que simplemente pretende vivir su vida, es en el segundo capítulo, el más teórico, en el que más se aprende lo que no sabíamos sobre su obra y se recuerda lo que ya habíamos leído antes: se nos presentan los personajes creados por Hugo Pratt por orden de aparición en escena y vamos viendo con ellos cómo evoluciona su forma de trabajar a lo largo del tiempo, cómo le influyeron sus lecturas infantiles y juveniles, el cine de Hollywood y, sobre todo, sus viajes, que le confirieron una manera especial de mirar lo que le rodeaba, mezclando la realidad con la ficción y personajes reales con imaginarios, y una capacidad sorprendente para contarlo, utilizando los recursos de que disponía y que no sólo dieron a su obra gráfica y narrativa una gran originalidad, sino la posibilidad de crear prototipos del personaje perfecto que permanecen en el subconsciente colectivo para acabar convirtiéndose en mitos. Con su técnica, Pratt fue poco a poco creando un mundo propio. Ahora, quizás avezados a los diferentes lenguajes del cómic, no somos conscientes de la novedad que suponía en aquella época el uso de ciertas posturas, encuadres, enfoques y actitudes corporales de los personajes que dibujaba y que le acompañaron siempre como señas de identidad: los negros abundantes que corregían o enmascaraban los errores cometidos, la utilización de planos, secuencias y la construcción de las viñetas con las pautas del lenguaje cinematográfico, el romanticismo inherente, los silencios, las viñetas panorámicas que le permitían recrearse en el paisaje, la búsqueda de la imaginación del lector, dándole toda la información de la manera más detallada posible... Todo eso es algo que Ángel de la Calle ha sabido explicar muy bien, dándonos la oportunidad de conocer viñetas de las historias dibujadas por Hugo Pratt en su primera época que yo personalmente no había visto o incluyendo referencias a sus problemas con la distribución de las páginas en tiras y el número de viñetas o con el abuso del texto en las viñetas, o que los aviones y trenes se los dibujaba Guido Fuga porque a él no le gustaba hacerlo, a que él mismo autorizó el remontado de las viñetas o que los últimos años realizaba sus dibujos teniendo en cuenta que iban a ser coloreados posteriormente, incidiendo en la evidencia de las sensaciones que una ya ha tenido al leer a Corto Maltés: que sus historias se convierten en ventanas abiertas a otras historias, que sus personajes nos sumergen completamente en su mundo y nos enseñan que hay algo más allá de lo que se nos cuenta o del momento histórico en el que se vive.
El tercer capítulo es el que mejor refleja la opinión personal de Ángel de la Calle sobre el “Maestro de Malamocco”, es una reflexión sobre la vida y la obra del Autor en mayúsculas, sus paradojas y sus contradicciones, su concepción del cómic y su papel fundamental en el noveno arte. Un capítulo cuya lectura, francamente, merece la pena hacer con detenimiento.
11 comentarios:
Bravo por la reseña, Susana. Parece que no somos pocos los trazeros enamorados de las aventuras del marino, y muestra de ello serán un par de posts que están al caer:)
En la lectura de "Hugo Pratt, la mano de Dios" estoy, y la verdad es que no me lo pense para comprarlo, al ver que era de Angel de la Calle.
Gonzalo:
La verdad es que un poco adictos sí que somos a Corto. Espero ansiosa la lectura de tus futuros posts...
Giuseppe:
Espero no haber desvelado nada importante del libro, que ya sé que no te gusta que te cuente nada de la trama de los libros que estás leyendo, para no quitarle la emoción al asunto.
Hola!!
Esperamos futuros posts de Corto con avidez: ñam ñam!! Aquí seguiremos a la escucha...
Besitos
La biografia de Pratt es como una novela de aventuras..
Mar:
Entiendo que estés impaciente. Yo también lo estoy, esperando qué cosas interesntes de Corto nos contará Gonzalo próximamente.
Mlts B7s tb.
Bruce:
Pues sí, la vida de Pratt es una novela de aventuras (aunque no sé qué pensarían sus mujeres y sus hijos al respecto, pero me lo imagino). Yo creo que, de haber crecido, le hubiese gustado ser Corto Maltese.
Aupa Susana! Te escribo para comentarte, y pedirte permiso, que voy a incluir tu articulo en mi web sobre Corto. Espero que te parezca bien. Saludos y feliz 2008. (estará online en un par de dias)
Me alegro de que te haya gustado mi post sobre el libro de Ángel de la Calle. Por supuesto, tienes mi prmiso para incluirlo en tu web sobre Corto; una web muy interesante, por cierto.
¡Felices fiestas!
Hola vivo en sudamerica, y me gusta mucho la obra de Pratt quisiera descargar el libro La Mano de dios de Angel de la calle de algun foro gratuito, gracias por enviarme el enlace.
Hola vivo en sudamerica, y me gusta mucho la obra de Pratt quisiera descargar el libro La Mano de dios de Angel de la calle de algun foro gratuito, gracias por enviarme el enlace.
No creo que encuentres el libro de Ángel de la Calle por la red(aunque te aseguro que este tipo de obras se disfrutan más en papel), pero si estás deseando conocer más anécdotas sobre la vida de Hugo Pratt, te aconsejo que uses el enlace de más arriba de la Editorial Dolmen (el otro enlace al que te refieres desconozco cuál es), hagas el pedido, y estoy seguro que ellos te lo eviarán encantados por correo.
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