viernes, octubre 17, 2008

EL TEJIDO DE LA ESPADA de José Miguel Pallarés

El tejido de la espada es la última novela de José Miguel Pallarés (Zaragoza 1966), publicada por la Editorial Timun Mas. Con este libro me pasó algo curioso. Al principio del verano (se publicó en junio) lo vi en las librerías y como el dibujo de portada (por cierto muy bueno, obra de David Argemí) es un caballero, lo tomé por una novela histórica. En esos momentos no estaba por la labor, así que lo dejé. Ya a mediados de agosto me volví a fijar en él y además leí una entrevista a José Miguel Pallarés. Así que volví a "estudiar" la novela. No pude resistirme: autor español, literatura fantástica, desarrollada en el Maestrazgo, zona cercana a Castellón y no desconocida por mí y encima con un mapa de Pablo Uría. ¿Qué más podía pedir? Así que me lancé a leerla con interés y, conforme avanzaba, hasta con avidez.

Su autor José Miguel Pallarés es escritor, traductor y guionista. Tiene una larga carrera novelística que ha culminado con "El tejido de la espada". Es licenciado en derecho, como otros autores de fantasía, como Rafael Ábalos ("Grimpow", "Köt"), por ejemplo. Este detalle me hace preguntarme el por qué de esta unión: ¿es una necesidad de evasión de la dura realidad, una base sobre la que fantasear o simple coincidencia? Si os acordáis de la charla sobre fantasía que se realizó en Castellón en noviembre de 2007 con los autores Juan Miguel Aguilera, David Mateo, Emilio Bueso y José Miguel Vilar, tuvo lugar en un centro notarial de prestigio. Curioso ¿no? Volviendo al autor, éste reconoce que es un homenaje a estas tierras del Maestrazgo, a sus gentes y a sus antepasados, a un modo de vida que va terminando. Se aleja de la fantasía anglosajona porque tiene un trasfondo y un escenario muy real, el Aragón medieval, con un héroe que lucha contra su destino para ser libre, un paisaje de encinares donde la guerra es lo principal y donde la familia, el clan, es el punto de unión.

En una breve descripción de la trama podríamos decir que en Brumalia, un país dominado por la magia de las matrías, Germán Heredia lucha por ser libre y poder elegir su propio destino en contra de su madre, la bruja Liduvina. En un ambiente medieval, los devas dominan este mundo. Está dividido en La Baylía, La Quinta y el Reino del Olivo. Los devas de La Quinta y los frei de La Baylía son seres casi inmortales. Los bayleses están dirigidos o, mejor dicho dominados, por las matrías, congregaciones de brujas: las Hermanas de la Niebla (actuales dirigentes con Liduvina al frente) y las Hermanas del Dolor. Se ha llegado a un punto de inflexión que requiere un cambio de mando al tiempo que se exige un cambio de actitud frente a los mortales. Los habitantes del Reino del Olivo son mortales, descendientes de quienes traspasaron la frontera entre el mundo real y Brumalia. Son los masoveros, los que viven en masías, fincas autosuficientes para poder vivir.

Es un mundo de magia donde cada grupo la entiende a su manera. Los masoveros con sus brujas sacaúntos, utilizan pócimas y ungüentos además de la magia para sobrevivir. Esta magia la consiguen a costa de su propia vida, a su propio desgaste personal. Las matrías son una sociedad dominada por las mujeres, las brujas frei, que obtienen el poder y, por lo tanto, el dominio de la sociedad, a través de la "tela de la vida". Este poder lo obtienen de la vida de los mortales, a los que no dan mayor importancia. Pero hay una diferencia entre ambas matrías: la de la Niebla defienden el uso del poder como único camino para recuperar la gloria, sin importarles las vidas mortales que puedan caer. La matría del Dolor quiere una felicidad en unión con la Tierra, una vida apegada a la naturaleza, mejor si se les unen ciertos lujos como el amor de los mortales.

Es en este punto de inflexión donde Germán Heredia, frei por nacimiento, quiere ser libre y elegir su destino y para ello ve que la única solución es confiar en los hombres. Con la ayuda y el amor de Irache, jefa de la matría Hermanas del Dolor, luchará en una guerra que no ofrece muchas esperanzas.

La forma de escribir de José Miguel Pallarés es ágil, viva, con los elementos descriptivos y narrativos nada farragosos, los diálogos son interesantes y en su momento oportuno. La novela empieza con los primeros capítulos llenos de acción: los hermanos Heredia deben abatir a unos robleros, seres malignos. En estos capítulos vemos ya la originalidad de los seres fantásticos, la facilidad de descripción del paisaje y la vivacidad y garra para la lucha. La narración avanza a buen ritmo, la acción y la lucha no cesan: el enfrentamiento contra licaones y lobos, las escaramuzas contra los devas, las situaciones de peligro se suceden con agilidad y muy buena coordinación. Para darnos un respiro, se alternan episodios de la vida de las masías, los sueños y deseos de Germán, los momentos de reflexión con Irache.

Plano de Villafranca de Antoni Plá

Uno de los momentos más impresionantes en que la acción se desarrolla de forma trepidante y que quita la respiración, sucede en los capítulos 20, 21 y 22 que se desarrollan en la ciudad de Villafranca, en la ordalía que debe pasar Germán ayudado por Irache. Aparecen toros de fuego, "embolados", (costumbre por otra parte bastante salvaje de nuestras tierras) a los que uno de los hermanos abate en una especie de rejoneador moderno junto con el virote de época medieval. La lucha de Germán contra la márgola es una lucha física muy viva que contrasta con la lucha a magia que tienen las brujas de las dos matrías, una lucha más astuta y sutil pero no menos feroz. Estos capítulos centrales se leen sin respirar, temiendo por los protagonistas pero sin ganas que terminen.

Destacamos los seres fantásticos que crea Pallarés. Son todos malignos como licaones (que encima son caníbales), dips (perros vampiros), gárgolas (que gracias a la noche y a la magia toman vida), márgolas (una especie pequeña de gárgolas que nacen de huevos), a parte de los más conocidos ogros, trolls o trasgos. En este sentido hacían falta seres fantásticos bondadosos que se pusieran de parte de nuestro héroe.

Para contrarrestar las enfermedades y heridas, me llama la atención la acción de las brujas sacaúntos de los masoveros: brebajes, pócimas y "untos" para curar. Nombra muchas especies de hierbas medicinales que podemos encontrar en el campo: manzanilla, mielenrama, tomillo, romeo, laurel y muchas otras. Todas ellas plantas medicinales muy mediterráneas.

Cuando se nos describe las comidas, los festines, se nos habla de productos muy del terreno: sopa, cordero lechal, cabrito asado, higos secos, queso con membrillo, piñones y nueces, uvas moscatel y por supuesto vino, un vino fuerte y orujo. Con todo ello Pallarés ya nos indica que conoce bien los campos y las tierras que nos describe, sus gustos y tradiciones culinarias. Quiero destacar que la palabra "baylía" existe. Hace referencia a un tipo de organización político-militar de la Edad Media. Estaba formada por comunidades de un reducido grupo de pueblos que dependían de una orden religiosa. Y es en este tipo de organización en la que se basa Pallarés para mostrarnos la zona de La Baylía.

También en el vocabulario que usa se ve su origen maño, aragonés, con expresiones como "bonico", "poquico", "ojico", "docenica", diminutivos muy característicos del habla maña. Me parece muy original, y acertado, que Pallarés intercale expresiones y refranes populares en su novela. Esto le da viveza y nos acerca a los personajes. Expresiones como: "Se juntan el hambre con las ganas de comer" refiriéndose a los malos tiempos que corren. "Dándole vueltas a la olla" para decir que pensaba mucho. "Casa con dos puertas mala es de guardar" para decirnos que es difícil acudir a dos frentes de lucha. "Lo que tú desees me toca el pie" o sea que no me importa lo que quieras. Y el muy expresivo "Eramos pocos y parió la abuela". Y otros muchos a lo largo de la novela puestos en boca tanto de masoveros, soldados o brujas.

Mapa de Brumalia de Pablo Uría

Además, el encargado de hacernos ver el país de Brumalia es nuestro viejo conocido Pablo Uría (Bilbao, 1978). El mapa de Brumalia nos muestra la zona de frontera entre La Quinta, al norte; La Baylía, al este y el País del Olivo al sur. En una cordillera que discurre de noreste a sur vemos los puntos clave de la historia: las ciudades de Cantavieja y Villafranca, las torres-fortaleza de El Puño de los Frei, La Torreta o La Iruela, propiedad de Germán Heredia en La Baylía. En el País del Olivo destaca el Más de Porcar cerca del río Guadalope con el vado de el Toro y la vía Balata, fronteras con las nuevas tierras. Al norte tenemos la zona pantanosa y el puesto clave de El Caldero de las Brujas. Con rasgos propios y puntos precisos comprendemos enseguida como es este nuevo país de fantasía. Es una zona geográficamente reconocible y reconocida del Maestrazgo, zona aragonesa de contacto con la valenciana de la provincia de Castellón. Así que os puedo asegurar que Cantavieja y Villafranca existen, la Sierra de Beceite es el núcleo montañoso de esta zona y el río Guadalope es el río que baña esta zona. Con elementos reales y otros imaginarios, Pablo Uría nos lleva de la mano por un país llamado Brumalia con el bien hacer al que nos tiene acostumbrados.

Con todos estos elementos no me equivoqué: es una gran novela. Y no perdáis la oportunidad de conocer a un buen escritor español como es José Miguel Pallarés y volver a coincidir con Pablo Uría. Saludos y hasta la próxima.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Gracias por la critica chicos.
La verdad es que la novela es una maravilla, y el mapa no le llega ni a la suela de los zapatos.

Aún y todo, gracias por todo y espero que os guste el resultado.

Un abrazo.

PD: Pepa escribeme y hablamos un dia de estos.

Anónimo dijo...

Pablo tu mapa y tus ilustraciones son muy buenos y me gustan mucho.Y así lo digo.Sigue trabajando y danos más alegrías.Hasta la próxima.Saludos.

Unknown dijo...

No es muy habitual en ningun sitio que junto con la critica a una novela (en este caso magnifica novela), aparezca una critica al apartado artistico que la envuelve. Yo tengo que reconocer que es de agradecer las criticas hacia los ilustradores que intentamos poner todo de nuestra parte para ayudar (aunque sea un poquito) a envolver, y dar imagen a una novela.

Ojala hubiera más gente que se moleste en hacerlo.

Gracias y seguid asi.
Un abrazo Pepa.

Anónimo dijo...

Creo que es lo mínimo que se puede hacer ya que no sólo completa la novela sino que muchas veces es lo que llama la atención para leerla.Un abrazo Pablo